Chicago 24 (ELINFORMADORUSA/EFE News). –
La inmigrante mexicana Francisca Lino, que este sábado abandona la iglesia metodista donde ha estado protegida desde el 2017 para evadir una orden de deportación, afirmó estar esperanzada con la suspensión de las deportaciones bajo la nueva administración del presidente demócrata Joe Biden.
«Creo que ya es tiempo de salir del santuario,» dijo a Efe Lino. «Estoy muy ansiosa de estar con mi familia», argumentó la mexicana.
Lino, de 54 años, apuntó que siente un alivio con la nueva Administración Biden y afirmó que hay esperanzas para ella y otros inmigrantes que se encuentran en la misma situación en el país.
Tras jurar al cargo como el presidente 46 de este país el pasado miércoles, Biden ha firmado varias órdenes ejecutivas, entre ellas la que suspende por 100 días las deportaciones, con algunas excepciones.
Originaria de Zacatecas, Lino entró en agosto del año 2017 a la iglesia santuario metodista San Adalberto, en el barrio puertorriqueño de Humboldt Park en Chicago, la misma iglesia donde la activista mexicana Elvira Arellano se refugió por más de un año.
Tras el anuncio del nuevo presidente, Lino pasó la mañana del sábado recogiendo sus cosas ya que su esposo Diego Lino vendría por ella para llevarla a su hogar.
«Estos tres años y medio han sido difíciles», aseguró Lino, que tiene cuatro hijas y dos varones y que lamenta haber perdido muchos eventos familiares como graduaciones, cumpleaños y nacimientos.
La madre mexicana optó por refugiarse en el santuario tras rehusar ser deportada a México, y estar así cerca de su familia.
Agregó que sus hijas han pasado por varios traumas a causa de su ausencia y que una de ellas sufrió de depresión.
«A veces mis hijas e hijos venían al santuario a compartir un pedazo de pastel en los cumpleaños», recordó.
Aseguró además a Efe que pese a estar contenta por finalmente poder regresar a su hogar y reunirse con su familia, siente algo de temor de salir del claustro religioso donde ha vivido, aunque señala que debe «ser fuerte y ver al futuro».
«Tengo temor que aún me puedan detener, pero estoy confiando en Dios que toque el corazón del presidente Biden y que las deportaciones masivas ya no regresen», sostuvo la inmigrante.
Por su parte, la reverenda Jacobita Cortés, a cargo de la iglesia San Adalberto, aseguró que Lino ha sido fuerte al estar en el santuario.
Igualmente comentó que ella y otros líderes religiosos están esperanzadas en que la propuesta de ley «Familias unidas», del congresista Bobby Rush, de Illinois, sea el inicio de un cambio en las leyes migratorias del país.
De aprobarse, la propuesta reunificaría a las familias separadas por las deportaciones en los casos en que los inmigrantes no hayan cometido un delito grave.
Rush presentó la propuesta anteriormente, pero la volverá a hacerlo en los próximos días en esta nueva sesión de la Cámara de Representantes, comentó Cortés.
«Hay una lista grande de familias separadas» que se beneficiarían de la legislación, destacó y agregó que también confían en que Biden sea un presidente con valores familiares.