El subsecretario de salud lamentó que a pesar de las medidas, tan solo en la Ciudad de México se ha logrado reducir la movilidad 30 %.
Tan solo la calle de Madero, una de las más concurridas del centro de la Ciudad de México, registró ayer menos afluencia que el fin de semana pasado; sin embargo, la gente se negó a dejar de visitar este corredor.
Jóvenes y adultos realizaron compras en las tiendas que todavía permanecieron abiertas o comiendo en los restaurantes que aún brindaron servicio.
En algunas partes de esta calle la algarabía no había muerto, pues las botargas, los músicos, las estatuas vivientes y hasta los predicadores mantuvieron sus actividades de fin de semana.
Mientras, en la Alameda Central, varias personas decidieron pasar la tarde en las bancas, comiendo helados o platicando.
En la capital del país, la heroína Susana Distancia no pudo contra el amor, ya que varias parejas caminaron abrazados o tomados de la mano sin ningún temor.
Y aunque el metro lució visiblemente más vacío, una vez dentro del vagón es difícil mantener la sana distancia, de al menos dos brazos de separación, pues las personas continúan sentándose una al lado de otra.
Incluso en algunos parques, grupos pequeños de niños jugaron y se divirtieron como cualquier otro sábado.
Salud implementó la Jornada Nacional de Sana Distancia, del 23 de marzo al 19 de abril, para prevenir y disminuir los contagios de COVID-19, y existen posibilidades de que se amplíe.
Sin embargo, cabe recalcar que el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador no ha pensado en la posibilidad de un confinamiento obligatorio o de ocupar a la fuerza pública para hacer cumplir las medidas de distanciamiento social, por lo que reiteró el llamado a la responsabilidad social.
En México, el costo de los insumos para fabricar alcohol o sus derivados, como gel antibacterial, incrementó 120 %, lo que compromete su producción durante la pandemia y afecta al consumidor final, pues los precios podrían duplicarse.