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México podría convertirse en la cárcel migratoria de EEUU

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Opinión por Héctor Loya

El anuncio de las medidas antiinmigrantes, que seguramente aplicará Donald Trump al tomar posesión por segunda ocasión de la presidencia de los EU, ha sembrado, no solo inquietud e incertidumbre en millones de compatriotas allá, sino también en México.

No solo son las medidas que deban tomarse para recibir a quien sabe cuántos repatriados, cuyas vidas adquirieron normalidad en territorio americano, sino que centenares de miles de familias se verán expuestas a una segunda o tercera generación de separaciones.

Además, estas posibles deportaciones han obligado al gobierno mexicano a tomar medidas por la inminente llegada de decenas de miles de compatriotas, situación para la que sinceramente el país no está preparado, y si no hay la estructura necesaria para recibirlos a ellos, menos si se le suman las otras decenas de miles de otras nacionalidades que serán expulsados y que lo serán, seguramente, bajo los mismos mecanismos aplicados por Trump en su anterior gobierno, en el que la administración de López Obrador fue obligada a actuar como el “tercer país”.

Esto es, que los migrantes de otras nacionalidades, expulsados por EU, fueron enviados a México bajo el programa “Quédate en México” a esperar la resolución de las autoridades norteamericanas sobre su estatus migratorio.

Lo hecho por Trump en el año 2017, ilustra que el futuro inmediato podría rebasar a las autoridades mexicanas si continúa criminalizando la entrada irregular a Estados Unidos, lo que resultó en la separación de miles de familias migrantes; asimismo, es probable que insista en la terminación de la construcción del muro a lo largo de la frontera con México.

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Así que, además de los mexicanos repatriados, nos llegarán de muchas otras nacionalidades, a la espera, ahora, no de la ‘normalización’ de su estado migratorio, sino de que el gobierno de Trump le envíe al mexicano los recursos necesarios para que los regresen a sus países.

Muchos de ellos serán deportados, sus familias se desintegrarán y millones de sus familiares, en México, verán desaparecida una muy importante fuente de ingresos, la que creció a niveles no conocidos en los últimos años.

Se verán mermadas las esperanzadoras caravanas, además se verán mermadas, de manera significativa, las remesas de dólares que han hecho y que los han convertido en los ocupantes del segundo lugar mundial por ello, solo abajo de la India.

En conclusión, tristes serán los primeros meses del 2025 si Trump cumple sus promesas de campaña y si México se convierte en la cárcel para los migrantes deportados de EEUU.