Denver (EFE)
Inmigrantes indocumentados expresaron este lunes su «miedo» ante el constante aumento de casos de covid-19 en un centro de detención en Colorado, donde, según datos oficiales, la quinta parte de los allí retenidos han contraído el coronavirus. En rueda de prensa virtual, Jessica Martínez Vásquez, directora de comunicaciones de la Alianza del Pueblo de Colorado (COPA), informó de que en el centro de detención del GEO Group en Aurora, al este de Denver, se detectaron 93 contagios, según datos de la semana pasada del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE).
Pero, dijo, esta semana esa cifra ya subió a 110, es decir, aproximadamente el 20 % de los 500 indocumentados que en la actualidad se alojan en ese establecimiento. «Yo estuve once meses y tres semanas detenido en GEO y sé muy bien cómo opera esa instalación. Y no lo hace de la manera adecuada. Eso da miedo», dijo el mexicano Raúl Medina, originario de Chihuahua y que llegó a Estados Unidos a los cinco años traído por sus padres.
«Las condiciones inhumanas de vida dentro de un centro de detención privado que ofrece servicios al Gobierno federal ocurren sin repercusiones. No podemos confiar que una corporación cuide adecuadamente de la vida de aquellos detenidos dentro de sus instalaciones», expresó Medina, ahora organizador comunitario con COPA. Otros dos inmigrantes, que sólo se identificaron como Edwin y Mauricio, aún siguen detenidos y afirmaron sentirse «inseguros» porque «casi cada persona que se hace el examen del covid-19 da positivo».
El nuevo brote del coronavirus, dijeron, comenzó a principios de octubre y desde entonces las autoridades de ICE y el personal del GEO Group intensificaron los exámenes médicos, pero sin implementar medidas como uso obligatorio de máscaras o distanciamiento social. Edwin y Mauricio pidieron quedar «en libertad humanitaria» mientras dure la pandemia para evitar que a ellos y a los otros detenidos el contagio signifique «ser transportado al hospital y estar en condición crítica», como aparentemente sucedió en las últimas dos semanas con dos indocumentados.
Por su parte, en declaraciones preparadas, Danielle Loeb, médica de atención primaria y colaboradora con el Comité de Servicio de los Amigos Americanos (AFSC), aseveró que la situación de salud dentro del centro de detención de GEO es «fruto de la negligencia e incompetencia de los encargados de las instalaciones de poder combatir el covid-19 dentro de ese lugar». «GEO ha puesto inexcusablemente en peligro las vidas de todas las personas detenidas dentro de su centro de detención y las vidas de todas las personas que trabajan allí. La única manera segura de detener la propagación de COVID-19 dentro de un centro de detención o cárcel es dejar salir a todos los detenidos», opinó la también profesora asociada de medicina en el Hospital de la Universidad de Colorado en Denver.
Entre enero y abril de 2019, el centro de GEO en Aurora (entonces operando a capacidad máxima de unas 1.500 personas) ya había experimentado un brote de enfermedades contagiosas, incluyendo paperas y varicela, con decenas de contagiados y centenares en cuarentena durante semanas. Dado que GEO en aquel momento no compartió datos de salud de los reclusos con las autoridades locales, la situación derivó en demandas judiciales aún no resueltas y en ordenanzas municipales de la Ciudad de Aurora forzando a GEO informar sobre contagios dentro de sus instalaciones.
Según el Departamento de Bomberos de Aurora, GEO cumple ahora con ese requisito.