Mujeres indígenas rarámuri lanzan un grito de auxilio por la pandemia y piden apoyos al gobierno. Desean despensas porque la mayoría trabaja como empleada doméstica, pero las enviaron a su hogar para resguardarse del Covid-19. Apenas les alcanza para mal comer y ahora tendrán que pagar un contrato de internet para que sus hijos puedan continuar la escuela.
Muchas de las familias tarahumaras viven donde no tienen el servicio de drenaje, ni pavimentación; el agua les llega a través de pipas, porque en algunas calles no existe la red de conducción, y en otras, aunque tienen instalada la tubería, tampoco les llega el agua potable a los domicilios, porque simplemente el gobierno no les ha conectado a la red.
Es en estas condiciones en que viven y se guardan en sus domicilios para prevenir el contagio de la infección es que las familias piden que el gobierno otorgue los apoyos que necesita la gente humilde, sobre todo despensas, indispensables para que las familias tengan qué comer en estas condiciones.
La mayoría de ellas es trabajadora doméstica y ya hace un mes que las mandaron a resguardarse en su casa.
Las mujeres afirman que cuando trabajaban toda la jornada completa no les alcanzaba, ahora menos y tienen que hacerles frente a sus responsabilidades del hogar.
Además, a sus gastos se le sumó el de tienen que hacer un contrato de internet para que sus hijos puedan ingresar a la escuela de manera virtual.
