Opinión: casa editorial El Informador
El avance de la tecnología ha permitido que miles de niños tengan de manera muy fácil acceso a internet. Esto puede ser bueno, pero también puede ser un medio el cual pueda poner en peligro la integridad de los pequeños y jóvenes, los cuales la mayoría de las veces no advierten lo que se oculta del otro lado de la web, especialmente cuando se enfrentan a las redes sociales.
El principal peligro al que se exponen los niños y adolescentes es la privacidad, y es que los jóvenes son más propensos a publicar información personal y fotografías, sin pensar en las consecuencias que su publicación puede traerles. Pueden ser presas fáciles de personas mal intencionadas, o simplemente tener el acceso a páginas prohibidas como la pornografía.
Además de eso existe el bullying cibernético, el cual consiste en insultar a los más vulnerables generando en ellos inseguridad, depresión y en ocasiones hasta el suicidio.
También representa un medio extremadamente fácil y tentador para comprar y distribuir droga. En algunos casos se encuentra información no apta que puede provocar en los jóvenes una visión distorsionada de la realidad y llevarlos a convertirse en suicidas o asesinos.
Para ello los padres pueden tomar precauciones y restringir lo que sus hijos checan en internet, pues es muy fácil el acceso a estas páginas y son muy vulnerables debido a su falta de madurez.
Los padres deben asesorar, informar, supervisar en qué páginas navega y con quién habla por Internet el menor. Deben marcar horarios y restringir áreas de uso, advertirles que nunca deben dar datos personales, además de concientizarlos que conocer a las personas con las que chateamos entraña un riesgo.
Recuerden que la educación en casa es fundamental, de ahí vienen todos los valores y principios que nuestros niños deben tener siempre.