Editorial por Luis Molina
A lo largo de mi vida he aprendido de cada persona con la que me relaciono, incluso con aquellos que solo converso un par de minutos y la realidad es que la vida es como una escuela, cada día aprende uno cosas nuevas.
En los doce años que llevo como director de este medio de comunicación mi vida se ha enriquecido más cada vez y no estoy hablando de llenarse las bolsas de dólares, sino de cómo ser más positivo, ver las buenas cualidades de las personas, etc., etc. No sé si a ustedes les ha pasado que muchas veces uno convive con cierta persona que ni la conocemos, pero rápido nos damos cuenta de que transmite una paz, es positiva y uno se siente cómodo conversando con dicha persona.
Por otra parte, me ha tocado convivir con personas muy pesimistas, que se quejan de todo y que incluso opinan sin siquiera conocer los hechos y hasta se atreven afirmar cosas que ni saben de otras personas.
La realidad es que algo que me ha ayudado a ser más exitoso en todo sentido de la vida es relacionarme con personas que son positivas y dejar a un lado a las personas que no le aportan nada a mi vida. La vida es hermosa y no debemos de permitir que personas que se quejan del todo nos contagien con su mala actitud.
Seguido miró comentarios en nuestras redes sociales de personas que no están contentas por nada y que todo indica que viven una vida amargada. En realidad, cada quien va a vivir su vida como la quiera vivir, pero al final del día debemos de ser cuidadosos con quien nos relacionamos ya que las personas pesimistas no aportan mucho en nuestras vidas.