Por Joel Morales
El Informador
ROCKFORD, MI
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Más de 1,000 personas llenaron el gimnasio del centro Rockford Freshman en la ciudad de Rockford, el miércoles, 29 de noviembre por la tarde, desesperados por oír sobre la contaminación del agua en la ciudad de Belmont, a unas 5 millas de distancia, pero en su lugar escucharon a oficiales de varias agencias de salud decir que no saben mucho sobre el problema.
“La meta de esta reunión esta noche es cómo prevenir la exposición de este contaminante”, dijo Abigail Hendershott, directora interina de la oficina de Grand Rapids para el Departamento de Calidad del Medio Ambiente, sin exponer sobre los peligros del momento como a largo plazo. “Mi objetivo hoy será de aliviar sus temores”, agregó.
De su parte, Kory Groetsch, el director de salud pública ambiental con el Departamento de Salud y Servicios Humanos tampoco aclaró la situación actual, diciendo que es improbable que la ciencia vaya a poder conectar la exposición de los químicos (en Belmont) a una enfermedad específica con un individuo particular.
“Piénsenlo, si va con su doctor y su doctor le dice que tiene cáncer, le van a tratar el cáncer, pero no le van a poder decir cómo lo contrató porque son muchos factores que lo ocasionan”, dijo Groetsch. “Estos químicos son industriales, no fueron diseñados para estar en los cuerpos de los seres humanos, y es por eso que no tenemos mucha información al respecto porque no se estudian como a los productos farmacéuticos. Con los farmacéuticos, sabemos cuáles son los beneficios y cuáles son los efectos secundarios”, agregó.
El problema se dio a conocer cuando se descubrió la presencia sulfatos de perfluoroalquilo (PFAS) en varios sitios que la compañía de zapatos, Wolverine Worldwide, ha usado para disponer de su basura. PFAS son posibles carcinógenos que posan posibles efectos adversos en el medio ambiente y en la salud de las personas.
La situación luego se exasperó y los residentes se indignaron cuando la compañía minimizó el problema, diciendo que los químicos son los mismos que se pueden encontrar en la comida y en materiales caseros como las alfombras y en los muebles tapizados.
En su página Web, la compañía subió en parte lo siguiente: “Los efectos humanos por la exposición a los PFAS es algo desconocido. No existe ningún estudio humano que compruebe que la exposición de un individuo a los PFAS, incluso al PFOA y PFOS (otros sulfatos) ocasionan enfermedades”.
Los oficiales dijeron que la existencia de 70 PPT (partes por trillón) del contaminante en el agua es considerado seguro, y que hasta la fecha han encontrado algunas 30 casas que tienen niveles más alto de los consideraros seguros entre otros basureros en la calle House.
Al momento hay tres demandas en contra de la compañía, una de ellas que alega que Wolverine Wide ignoró los desechos tóxicos que ahora ha contaminado el agua subterránea. De acuerdo con la demanda, se ha encontrado el contaminante en más de 200 pozos de agua en Belmont.
“Esta es una situación compleja, no sabíamos nada de este contaminante hasta hace unos pocos años y yo solo me enteré del mismo este año”, le dijo Adam London, el oficial de salud pública del Departamento de Salud del Condado de Kent a El Informador, quien asistió a la reunión. “Estamos tratando de entender lo que significa cantidades pequeñas, y estamos hablando de partes por trillón que están en el agua. Tenemos ciencia de otros contaminantes en el agua subterránea, pero con este (PFAS), sabemos muy poco, pero estamos trabajando al lado de otras agencias para aprender el alcance de la contaminación”, agregó.
London también dijo que, por ahora, con los niveles bajos que han encontrado, que están en el agua, que no deben estar preguntando, “¿Es un riesgo verdadero a la salud?, para luego contestar su propia pregunta añadiendo, No sé”.
El oficial dijo que la compañía ha estado cooperando en la investigación, pagando por la misma y proveyendo agua embotellada y filtros.
Carol Isaacs, quien encabeza una nueva iniciativa del gobernador Rick Snyder para investigar el contaminante en el estado, dijo que están animando a los departamentos de Militar y Veteranos, Agricultura y Desarrollo Urbano, el Departamento de Salud del Estado entre otros, para que se unan a la investigación local.
“Esto es algo nuevo para nosotros”, dijo Isaacs, quien también dijo que durante la última década la Agencia de Protección del Medio Ambiente le pidió a compañías que dejaran de producir los químicos encontrados en el agua. “Este es un contaminante emergente”, agregó.