Julio y Wilda Feliciano, de Wyoming, sostienen varios cuadros de su difunto hijo Miguel Ángel Feliciano, quien murió al chocar contra un camión de combustible que se le atravesó por el camino, incluso uno que muestra la motocicleta que conducía. (Foto: Joel Morales/ El Informador)
El pasado viernes 27 de julio se han cumplido dos años desde que Miguel Ángel Feliciano, de 37 años de edad, de origen puertorriqueño, murió en la Calle 44 SW en la ciudad de Wyoming sobre el puente de la autopista US-131. Un camión de combustible se atravesó en el camino del hispano ocasionando el choque de la motocicleta.
Feliciano, quien era padre de dos hijas, alcanzó impactar el lado trasero del camión. Por desgracia, el golpe lo dejó tirado en medio de la calle donde falleció.
El Informador estuvo presente en la escena para ver la motocicleta del hispano sobre el pavimento, patrullas y un vehículo forense mientras conducían la investigación del fatal incidente.
El lunes 30 de julio, Julio y Wilda Feliciano, padres del difunto motociclista hablaron con este reportero sobre la pérdida de su hijo, quienes comentan que el dolor de la pérdida del hispano persiste como si el suceso hubiera ocurrido ayer.
“Me voy mami, paz, nos vemos más tarde”, dijo la madre que esas palabras fueron la despedida de su hijo. “Era una persona alegre y siempre estaba jugando”, agregó.
Una fotografía del difunto Miguel Ángel Feliciano, motociclista quien murió hace dos años, resta frente a su padre quien llora al recordarlo el lunes 30 de julio. (Foto: Joel Morales/ El Informador)
Wilda explicó que el ambiente en casa ya no es el mismo, “Porque algo falta”. Así mismo, la hispana comentó que antes de la muerte de su Feliciano, todos sus hijos, las esposas y sus ocho nietos acostumbraban a reunirse cada domingo en familia, pero que ahora casi no lo hacen. “Cada quien agarró su rumbo”, dijo la mujer.
“Así es la vida”, dijo Julio Feliciano. “Ahora estamos aquí, y al ratito no se sabe si vamos a estar”, agregó entre lágrimas.
El hombre puertorriqueño dijo que no comprende como algunos padres solo esperan que sus hijos cumplan los 18 años de edad, para echarlos afuera de la casa.
“Nosotros no somos así”, dijo Feliciano. “Aunque era mayor de edad, él sabía que aquí tenía su cuarto y su cama”, agregó.
Los padres dieron que no importan los años que tengan los hijos, ya sea que sean buenos o sean malos, siempre se les debe apreciar.
“Sentimos un vacío en nuestro corazón porque el (Miguel Ángel) ya no está, y porque sabemos que no va a regresar”, agregaron.
La pareja hispana incluso compartió que su hijo difunto, los buscó y les consiguió la casa donde hoy viven.
“Él nos dejó en buen sitio, él nos dejó bien”, dijo Wilma Feliciano. “Mi hijo me concedió esta casa y aquí me voy a quedar”, concluyó.
Wilda Feliciano, der., endereza una pulsera con el nombre de su difunto hijo Miguel Ángel Feliciano, el lunes 30 de julio durante una entrevista con El Informador. (Foto: Joel Morales/ El Informador)