Por Joel Morales
El Informador
GRAND RAPIDS, MI
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Un integrante del Departamento de Policía de Grand Rapids no tendrá que enfrentar cargos por un incidente en el que le apretó un rifle a la cabeza de un hombre en agosto. Así lo dejó saber el fiscal del Condado de Kent, Chris Becker el martes, 3 de octubre.
El Informador habló con el fiscal ese mismo día. Él ofreció el siguiente razonamiento por su decisión de no buscar cargos criminales contra el agente de la ley, Kevin Penn.
“Sus acciones, aunque completamente inapropiadas y no parte de ningún entrenamiento de la policía, no se elevan al nivel de un crimen”, nos dijo Becker.
Fue el 19 de agosto alrededor de las 11:30 de la noche que la policía respondió a la tienda CVS en el 727 de la calle 28 SE en Grand Rapids, esquina con la avenida Eastern SE en donde encontraron a Javonte Howell, de 28 años, sospechoso de un asalto con un arma afuera del negocio, quien no estaba cumpliendo con las órdenes de los oficiales.
Mientras que otros oficiales, que también respondieron, mantuvieron al hombre bajo vigilancia con sus armas, fue el agente de la ley, Penn, quien apretó su rifle contra la cabeza del sospechoso ocasionando que varios de sus colegas reportaran sus acciones como inapropiadas.
El jefe de policía del departamento de inmediato ordenó una investigación interna del incidente y estaba a punto de despedir al agente cuando él renunció.
De acuerdo con el reporte policial, el cual El Informador tuvo la oportunidad de revisar, un hombre marcó al 911 y reportó haber sido asaltado por Howell. De acuerdo con el reporte, el agente de la ley, Neil Gómez, fue el primero en llegar a la escena, estacionándose al lado de la puerta del pasajero de un vehículo, donde segundos atrás había estado parado el sospechoso.
Los cuatro policías que respondieron a la llamada de auxilio, donde también se encontraba el oficial Kevin Penn, le exigieron al asaltante que se alejara del carro, pusiera sus manos sobre su cabeza y que tirara al piso el cigarrillo que estaba fumando en esos momentos.
El reporte continúa diciendo que el sospechoso al principio obedeció las órdenes, pero que después comenzó a bajar sus manos y a voltearse, aún con las órdenes que se le gritaban. Dice el reporte que uno de los agentes, que bajó a su perro policial (K-9), le advirtió al sospechoso que el perro lo mordería si continuaba ignorando sus instrucciones.
Dice que Howell eventualmente cumplió con las órdenes de los policías, se arrodilló, pero de nuevo falló en obedecer de voltear su cuerpo y vista en dirección contraria a los oficiales y de mantener sus manos sobre su cabeza. Luego, mientras ahora obedecía las órdenes que recibía y mientras caminaba de reversa hacía los agentes, el sargento Gómez avisó se utilizará la pistola paralizante “taser”, que se usa para incapacitar temporeramente a un sospechoso.
Un integrante de la policía de Grand Rapids, después de revisar las cámaras de video de la tienda, dijo que observó al sospecho inclinándose a un carro estacionado en un espacio para personas incapacitadas, haciendo un movimiento similar al de una persona tirando un golpe.
“No es una manera apropiada de intentar ganar la obediencia de una persona durante un arresto, pero la cuestión aquí es sí ocurrió un crimen”, dijo el fiscal. “Cada policía tenía su arma en mano, justificado y dada la naturaleza de la llamada. “Los agentes también estaban justificados cuando el sospecho rehusó obedecer sus órdenes, repetidamente bajando sus manos, discutiendo con la policía y por continuar moviéndose cuando se le dijo que no lo hiciera”, agregó.
En la conclusión de su declaración oficial, el fiscal dice que no aprueba del comportamiento del policía Penn, y que su decisión de no buscar cargos contra el comportamiento del agente de la ley no deber ser vista como una aprobación de usar la misma técnica en el futuro.
Cuando le preguntamos que, si otro policía repitiera las mismas acciones, sería castigado, el fiscal dijo, “Depende en las circunstancias. Bajos estos hechos, sus acciones no fueron criminales.”
Pie de Foto: GRPD.
