México, 14 sep (ELINFORMADORUSA/EFE).-
Los policías federales se formaron en los lugares aledaños del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México (AICM), cerca de la Terminal 1, desde las 12.00 hora local impidiendo el acceso por carretera a personas que llegaban al aeropuerto para tomar un avión o para trabajar.
La mayoría de viajeros optaron por acceder al Metro y, al ser preguntados por las molestias que esta manifestación les causó, algunos rehuyeron apresurados y otros contestaron que las protestas no deben perjudicar a la vida cotidiana de los ciudadanos.
“Vengo a trabajar para ganarme el pan de cada día y me encuentro con esta bola de gente que atenta contra mis intereses como ser humano. (…) Gritan y dicen contra el Gobierno pero no se ponen a trabajar. No vale que tengan atorada (bloqueada) toda la Ciudad de México, el Gobierno debe ponerle un hasta aquí”, expresó a Efe Fabilo, un trabajador que se vio afectado por el bloqueo.
“Teníamos un viaje, tuvimos que venir en Metro y por ello vamos muy apuradas”, declaró una viajera que caminaba rápidamente hacia la entrada al aeropuerto.
Mientras la protesta se desarrollaba de manera pacífica a pesar de los más de 600 efectivos de la Policía de Ciudad de México desplegados por el Gobierno, representantes de la Policía Federal se reunían con las autoridades gubernamentales.
Los manifestantes advirtieron que no se retirarían del Circuito Interior, vialidad que conduce al aeropuerto capitalino, hasta que sus líderes obtuviesen una respuesta satisfactoria de Alfonso Durazo, secretario federal de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC).
Uno de los policías federales manifestantes explicó que demandan que el Gobierno no les “siga mintiendo y que respeten los acuerdos” por lo que no desharán el bloqueo hasta “que se haga un acuerdo por escrito firmado por Durazo” que garantice una indemnización para los afectados y que asegure que no va a haber represalias contra quienes se manifestaron.
Los agentes de seguridad rechazan la intención del presidente Andrés Manuel López Obrador de incorporarlos a la recién creada Guardia Nacional, alegando que el cambio a este cuerpo conformado por militares, marinos y policías les representaría una pérdida de salario y prestaciones.
«Exhortamos a los policías federales inconformes a que no afecten a la ciudadanía con sus protestas. La manifestación de un grupo no puede estar por encima de la libre circulación de la población», manifestó la SSPC en Twitter.
La Guardia Nacional es un organismo que tiene el objetivo de reducir los altos índices de delincuencia que sufre el país, donde el pasado año se registraron 33.369 asesinatos, siendo el más violento de la historia de México desde que empezaron los registros en 1997.
Este organismo causó polémica en un inicio dado que López Obrador pretendía que tuviera una dirección militar, lo que fue criticado por la oposición y organizaciones defensoras de derechos humanos.
Finalmente, tras un acuerdo entre todos los partidos políticos mexicanos, se estableció que la Guardia Nacional tenga un carácter civil, una dirección policial y los militares solo participaran en ella durante cinco años, para luego regresar a los cuarteles.
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