Por Joel Morales
El Informador
OESTE DE MICHIGAN
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A las tempranas horas de la mañana el pasado viernes, 7 de julio, una tormenta de lluvia y fuertes vientos de más de 100 millas por hora azotó a los condados de Allegan, Berrien, Cass, Easton, Ionia, Kent, Ottawa y Van Buren, entre otros, dejando a su paso innumerables daños.
A las aproximadas 3:20 de la madrugada, el cielo se alumbró de manera amenazante, rayos tronaron, y lluvia y granizo empezaron a caer. Los próximos 20 minutos fueron espantosos para los residentes del Oeste de Michigan, que, al despertar, encontraron sus casas, carros y propiedades impactados por la tormenta.
Escuelas, lugares de cuidado de niños y negocios tuvieron que cerrar sus puertas por la falta de electricidad y de acuerdo con la compañía de electricidad, Consumer’s Energy, 156,000 residencias fueron afectadas durante la tempestad.
“Fue como a las 3 de la madrugada que el ruido del árbol cayendo sobre nuestros vehículos me despertó”, nos dijo Isel García de Wyoming, originaria de Chiapas, México, el mismo viernes, 7 de julio, por la mañana. “Siempre los estacionamos un poco retirados del garaje y la noche antes íbamos a moverlos, pero los dejamos allí. Si mi esposo hubiera salido a moverlos, quizás el árbol hubiera caído sobre él”, agregó.
De su parte, Marisol Roberto, de 30 años, quien revisaba los daños a su garaje por el mismo árbol, dijo que los próximos días serían difíciles y estresantes, ya que fue informada que tenía que esperar varios días para que su compañía de seguro tomara el reporte de los daños.
“Hay que hacer una llamada por cada daño”, dijo Roberto. “Una para el daño al garaje, otra para los daños a la cerca del vecino, y no he podido ver si hizo más daños a su propiedad”, agregó.
En la ciudad de Grand Haven, Larry Thon, de 72 años de edad, murió cuando un árbol cayó sobre su cabaña de verano mientras dormía. Thon era un veterano de las fuerzas armadas de Estados Unidos y ciclista quien participaba en competencias para recaudar fondos para soldados críticamente heridos y para sus familias.
“Espero poder hacer una diferencia en la vida de un integrante militar”, escribió Thon en su página de donaciones para las familias, Semper Fi Fund. “Sus donativos se usarán para proveer mejor apoyo, ayuda financiera y apoyo a los integrantes durante su rehabilitación”, agregó.
En la avenida Eastern, a media cuadra norte de la Calle 28, Jim DeHoog miraba un árbol partido por la tormenta en su propiedad, que cayó sobre la propiedad de su vecino.
“Unos pocos pies más, y hubiera caído sobre el techo de la casa”, le dijo el hombre a El Informador. “Este no es el único árbol que la tormenta tumbó por aquí; al cruzar la calle otro árbol cayó sobre la casa allí”, agregó, señalando en dirección de los daños.
En la avenida Buchanan SW, entre las calles 41 y Bellevue SW, un árbol aplastó el techo de un carro cuando cayó sobre él durante la tormenta. Al igual, se vieron árboles arrancados desde sus raíces por los potentes vientos y docenas de calles cerradas por árboles, ramas y cables eléctricos tirados sobre ellas.
El domingo, 9 de julio, tres días después de la tormenta, cerca de 5,000 personas todavía se encontraban en la obscuridad y el lunes, 10 de julio, unos 2,000 aún no tenían electricidad.