Por María G. Erazo
Una vez escuché una frase que decía “El pesimista se queja del viento. El optimista espera que cambie. El líder arregla las velas.” Y esta misma frase se puede aplicar a nuestra actitud sobre cómo vemos las cosas, pero más allá es identificar lo que hacemos al respecto. Sin embargo, es importante preguntarnos, ¿Con quién te rodeas? ¿Estás con los que se quejan del viento, los que esperan que pase la tormenta o aquellos que te dicen “amigo/a, arreglemos esta vela”?
Tu vida cambia radicalmente al poder unirte con otros líderes y personas que te inspiran a tomar acción. Se dice que una persona exitosa es quien conoce su propósito de vida, crece para alcanzar su máximo potencial y siembra semillas que beneficien a los demás. Si no conoces tu propósito de vida y no quieres alcanzar tu máximo potencial entonces ni se te cruzaría por la mente arreglar la vela del bote; tampoco pensarías que esa es la solución. Las personas sin un plan no buscan en solucionar sus problemas.
Ser optimista está bien, pero tomar acción es mejor. Las personas optimistas y con pensamientos positivos/buenos tienden a estresarse menos de los problemas, pero de alguna u otra manera los problemas siempre están a la vista. Por otro lado, los líderes de verdad atacan la raíz del problema y logran avanzar más rápidamente en lo que se proponen.
Un líder debe tomar la iniciativa de arreglar las velas, pero muchas veces no lo puede lograr solo. Este debe sembrar la semilla que debe inspirar a los demás a reconocer su crecimiento y superación personal. Es aquí cuando el líder, con ayuda de un equipo, puede fácilmente arreglar las velas en plena tormenta.
Te invito a tomar acción, a levantarte en medio de la tormenta, a inspirar a los demás y arreglar las velas de tu bote.
