Por Joel Morales
El Informador
WYOMING, MI
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Rose Ramírez, madre de Leticia Vela, quien fue asesinada el 1ro de enero al inicio del Año Nuevo en Wyoming, ya quiere que las autoridades se apresuren con el caso del hombre acusado en su muerte, y le dijo a El Informador el miércoles, 31 de enero, que la demora la está matando por dentro.
Unas dos horas antes, Ladale Williams Nelson estaba citado para aparecer frente al juez Pablo Cortes, en la Corte de Distrito 62-A en Wyoming, pero la audiencia nunca se llevó a cabo porque el magistrado dijo que todavía no habían recibido los resultados de la autopsia de la mujer.
Sin embargo, El Informador entrevistó, por lo que ya es la cuarta o quinta vez, a la mujer, quien dijo que cree que se canceló porque quieren ver si la muerte fue accidental y nos dijo: “No se puede decir que fue un accidente cuando tienes un arma contra la cara de una persona”.
En cuanto a lo que testificó una amiga de la difunta, que Vela había halado al acusado de la gorra de su sudadera, después de que había volteado los colchones de su cama y sacado dos armas y caminado a la puerta de entrada, dijo que su hija no solo quería que Williams Nelson le regresara sus cigarrillos, pero también casi $1,000 que la fallecida había tenido en su bolsa, que era para pagar la renta, comprar comida y unas cosas a sus niños.
“Ya quiero terminar con todo esto”, dijo Ramírez. “Ya es mucho. Quiero que lo sentencien por haber matado a mi niña”, agregó.
Pero lo que más le da coraje a la madre es que no entiende por qué ninguna de las aproximadamente 10 personas en la casa la noche del 31 de diciembre hasta la bienvenida del Año Nuevo, y durante más de tres horas que el acusado golpeó y pelaba con la muerta, nadie llamó a la policía.
“Para mí, todas las personas que estaban en la casa esa noche están involucrados”, dijo Ramírez. “Nadie levantó un dedo para ayudarle”, agregó.
La madre, que de repente lloraba al recordar a su hija difunta, dijo que les preguntó a las personas que habían estado en la casa por qué no habían llamado a las autoridades, y que las personas le dijeron que no se querían involucrar.
“Mi hija podría estar viva hoy para criar a sus hijos si alguien hubiera llamado a la policía”, dijo Ramírez, mientras que una de las hijas de la difunta decía y repetía, “Mommy, mommy, mommy, mommy”. “Sus hijos preguntan por su madre todos los días, preguntan por qué murió y por qué su novio la tuvo que matar. Yo no les puedo contestar eso”, agregó.
“Ya no escucho su voz, ya no la puedo ver jugando con sus hijos o tocarla. Esto me está matando por dentro. Siento que me estoy muriendo”, concluyó.