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Por: Roger Rivero
Toyota hizo un gran esfuerzo con este rediseñado, actualizando y mejorando al RAV4 con un aspecto más robusto y resistente (especialmente en su nivel de equipamiento Adventure) que lo acerca en algo al tradicional correcaminos 4Runer. El interior también mejor dotado de materiales de calidad superior y algo de mejoría en su manejo se puede apreciar.
Por supuesto que existe un RAV4 solo a gas, pero Toyota ha disminuido al mínimo la distancia en precio que separa este modelo del híbrido. Tomando en cuenta que el modelo híbrido trae tracción en las cuatro ruedas de forma estándar, una versión análoga a gas solo costaría $800 dólares menos. Es la estrategia del fabricante para hacer difícil de resistir para la mayoría de los compradores la versión híbrida. Hasta el momento, la estrategia parece funcionar magníficamente. En algunos mercados -incluso países como Australia- las ventas de híbrido sobrepasan las del modelo a gas.
Ambos RAV4 comienzan con un motor de 2.5 litros y 4 cilindros en línea. Al estilo típico de Toyota, una batería situada debajo del asiento trasero del RAV4 híbrido, se encarga de mover estos motores.
El sistema produce 219 caballos de fuerza, 16 más que la versión a carburante con una transmisión continua variable o CVT. Viene con un estimado de 41 millas por galón en la ciudad, 38 en la autopista y 39 en forma combinada. En nuestra prueba el manejo combinado solo alcanzo 37.5 millas por galón, quizá debido a la ligereza de mi pie derecho.
El manejo es definidamente más compuesto que el modelo que le precede. Buena parte de la razón es que este RAV4 de quinta generación, utiliza una variante de la plataforma TNGA-K, que también respalda los sedanes Avalon y Camry.
Todos los RAV4 híbridos vienen con advertencia de colisión frontal con frenado automático de emergencia, luces altas automáticas, asistencia de señalización de la carretera y advertencia de salida de carril con asistencia de mantenimiento en este. En el ajuste Limited se obtienen el monitoreo de puntos ciegos con alerta de tráfico cruzado trasero y un espejo retrovisor digital ajustable, primero de su clase en un producto Toyota. Una cámara de visión envolvente de 360 grados está disponible como opción.
Una de las mejoras más grandes del RAV4 es la calidad de su cabina. Los materiales de alta calidad están en todas partes, y la mayoría de las superficies son suaves al tacto. Los modelos de la generación anterior tenían bonitos interiores en general, pero había algunos elementos notablemente baratos. El diseño es limpio y moderno y otro gran beneficio es el aislamiento de la cabina, mucho más silenciosa que en el modelo saliente.
El sistema de info-entretenimiento “Entune 3” trabaja sobre una pantalla de 7 u 8 pulgadas dependiendo del acabado. El sistema es fácil de usar con una pantalla muy fácil de alcanzar desde el asiento del conductor. Los menús son simples y en general no fue una mala experiencia, descontando por supuesto la ausencia de soporte para teléfonos Android como el que uso.
Hay 4 opciones para elegir un Toyota RAV4 del 2019. El más económico es el modelo LE, que comienza en los $27,700. Le sigue el XLE que sube a $29,500, XSE en los $33,700 y el más caro y mejor equipado de los RAV4 de Toyota, un Limited con precio inicial de 35,700.
Con pocas diferencias entre varios SUV compactos, la elección entre cualquiera de ellos muchas veces se reduce a las preferencias personales, o las promociones y rebajas del fabricante. En cualquiera de los casos, es poco probable que luego de un par de años en posesión de un 2019 RAV4, vaya a mirar atrás con arrepentimiento. Y si ese plazo se multiplica por 5, 8 o 10 años, entonces Toyota ha ganado un nuevo fan “incondicional”, y es que de eso se trata.
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