Por Edgar Castro/El Informador
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DETROIT, MI (ELINF).-
La negociación sobre los nuevos contratos de cuatro años entre los fabricantes de automóviles de Detroit y el sindicato United Auto Workers, que representan a 142,000 trabajadores en todo el país, comenzó el lunes con un apretón de manos ceremonial en Ford.
Las dos partes habían estado relativamente en paz, pero eso puede cambiar a medida que las ventas de automóviles y las ganancias comienzan a disminuir, los costos de atención médica aumentan y la brecha de costos laborales se amplía con los trabajadores de las plantas de ensamblaje de propiedad extranjera en el Sur.
La exigencia principal del sindicato es que aumenten los beneficios monetarios para los trabajadores en vista de los altos dividendos que cotizan los grandes fabricantes de autos. Sin embargo, existe la posibilidad de que estalle una huelga si no se llega a un acuerdo mutuo.
En caso de que lo anterior suceda, los consumidores verían menos automóviles en los lotes de los concesionarios, y no podrían realizar pedidos especiales de vehículos. Además, tanto las empresas como los trabajadores perderían dinero.
Ahora bien, para evitar la oscura posibilidad de una huelga las compañías podrían otorgar garantías de nuevos vehículos y empleos a cambio de concesiones. Es probable que los fabricantes de automóviles busquen un mayor uso de trabajadores temporales para reducir los costos y poder financiar cualquier aumento de sueldo que se pueda otorgar.
Por otro lado el tema de la seguridad médica es algo que se está tratando con más delicadeza analizando la mejor estrategia para ambas partes. Al momento los dirigentes de las compañías han externado que los trabajadores podrían recibir tratamientos de primer nivel pero involucraría viajar un poco más o se podrían llegar a acuerdos con clínicas que ofrezcan servicios de calidad para la mayor comodidad de los empleados.
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