Naciones Unidas, 23 sep (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
El presidente, Donald Trump, pronunció este martes un discurso ante la ONU diseñado a medida de los votantes de los que depende su reelección en noviembre, y fustigó a China por ser el punto de origen de una pandemia que podría costarle un segundo mandato.
En su discurso virtual ante la Asamblea General de la ONU, Trump se perfiló como un «pacificador» global y escogió cada mensaje con el objetivo claro de convencer a sus votantes más conservadores, a los evangélicos, a los latinos de Florida y a los que están preocupados por la globalización o incluso por el medioambiente.
«Como presidente, he rechazado los enfoques fallidos del pasado, y estoy poniendo con orgullo a ‘Estados Unidos primero'», dijo Trump, retomando uno de sus lemas electorales de 2016.
TRUMP CONTRA EL «VIRUS DE CHINA»
Esa defensa del nacionalismo que ha caracterizado sus casi cuatro años de mandato estuvo acompañada de una dura condena al Gobierno chino por su gestión de la pandemia de la COVID-19, en un intento de adjudicarles la responsabilidad por el impacto del virus en su propio país, el más afectado del mundo con más de 200.000 muertos.
«Hemos lanzado una batalla feroz contra el enemigo invisible, el virus de China», subrayó Trump, que insiste en usar esa expresión a pesar de las acusaciones de racismo que ha recibido.
Trump describió el combate contra la pandemia como «una gran lucha global», similar a la que llevó a la creación de la ONU hace 75 años, y centró las culpas en Pekín y en la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que dijo: «Está prácticamente controlada por China».
«Las Naciones Unidas deben hacer que China rinda cuentas por sus actos» relacionados con la pandemia, sentenció Trump en su mensaje, grabado este lunes en la Casa Blanca.
Trump no solo usó al gigante asiático como contraste para ensalzar su propia gestión de la pandemia, sino también para argumentar que su política medioambiental no es tan mala, pese a haber iniciado la retirada de EE.UU. del Acuerdo de París.
«Quienes atacan el excepcional historial medioambiental de Estados Unidos mientras ignoran la polución rampante de China no están interesados en el medioambiente», afirmó.
Era un mensaje extraño para un presidente que ha definido el calentamiento global como una «farsa», pero tenía una razón de ser: las encuestas muestran que a cada vez más votantes conservadores, especialmente en Florida, les preocupa la crisis climática, y la campaña de Trump ha tratado de suavizar su mensaje en ese sentido.