Washington, 6 oct (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, regresó este lunes a la Casa Blanca tras una hospitalización de tres días para tratarse de la COVID-19, pese a que sus médicos han advertido que «no está fuera de peligro».
Trump ingresó al hospital militar Walter Reed el pasado viernes tras experimentar síntomas como fatiga y fiebre, pero este lunes antes de regresar a la Casa Blanca aseguró en Twitter: ¡Me siento realmente bien! No le tengan miedo a la COVID. No dejen que domine sus vidas».
El comentario de Trump fue como mínimo controvertido en un país que cuenta ya con más de 210.000 muertos por la enfermedad.
Se atribuyó además el mérito de haber conseguido tratamientos efectivos contra la COVID-19: «Hemos desarrollado, bajo la Administración Trump, algunos medicamentos realmente buenos y conocimiento. ¡Me siento mejor que hace 20 años!».
El mandatario cerró así un fin de semana que muchos han comparado con uno de sus «shows» televisivos y que incluyó un paseo este domingo en camioneta para saludar a las decenas de simpatizantes que se habían aglomerado fuera del hospital para mostrar su apoyo al presidente.
VUELTA A LA CASA BLANCA
Este lunes, tras anunciar por Twitter su salida del hospital, el presidente abandonó el recinto militar a pie, con una mascarilla puesta y saludó a las cámaras levantando el puño y también el pulgar, dos de sus gestos característicos.
De ahí abordó el helicóptero presidencial Marine One, que en un breve vuelo de poco más de diez minutos lo trasladó de vuelta a la Casa Blanca, donde tendrá un personal médico prestigioso a su disposición las 24 horas del día.
Una vez en la Casa Blanca, Trump subió las escaleras del pórtico sur de la residencia, se quitó la mascarilla, posó para fotos y saludó la partida del Marine One. Segundos después, el mandatario entró sin mascarilla al interior del edificio.
Aunque Trump anunció también en Twitter que «pronto» estará haciendo campaña de nuevo, su médico personal, Sean Conley, reconoció que el mandatario «no está fuera de peligro» y que se encuentra en un «terreno no explorado» por otros pacientes de coronavirus debido al tipo de tratamiento que ha recibido.