Washington (EFE)
Un policía falleció y otro resultó herido tras ser atropellados y atacados con un cuchillo por un asaltante que fue mortalmente abatido junto al Capitolio de Estados Unidos, en un trágico suceso que la policía no considera terrorismo y que se produce apenas tres meses después del asalto violento al Congreso. Según explicó esta tarde la policía, el atacante embistió su vehículo contra una barrera de seguridad junto al Capitolio, salió del vehículo con un cuchillo en la mano y corrió a atacar a los dos agentes.
«Con gran tristeza anunciamos que uno de los agentes ha sucumbido a sus heridas», anunció Yogananda Pittman, jefa interina de la Policía del Capitolio, en rueda de prensa para comentar lo sucedido.
Pittman explicó que el atacante -que fue más tarde identificado por medios locales como Noah Green, de 25 años- fue disparado por los agentes tras salir del vehículo y esgrimir un cuchillo de manera «agresiva» contra ellos. Murió poco después en un hospital de Washington. Las autoridades han afirmado que la amenaza de seguridad ya ha concluido y que el suceso «parece» no tener relación con un acto terrorista.
Justo después de la una de la tarde, la Policía del Capitolio enviaba un mensaje a las oficinas de los congresistas en el que alertaba de «una amenaza de seguridad externa» y señalaba que las instalaciones quedaban clausuradas. Inmediatamente, se produjo un enorme despliegue policial y de seguridad en los aledaños del Capitolio, en el centro de la capital estadounidense.
El Congreso se encuentra en receso por las vacaciones de Semana Santa por lo que los legisladores y senadores no se encuentran en su interior, y las instalaciones estaban prácticamente vacías. Por su parte, el presidente estadounidense, Joe Biden, dejó la Casa Blanca esta mañana para pasar el fin de semana en la residencia de descanso de Camp David, a las afueras de Washington.