La primera ola de calor de la temporada comienza el domingo y continuará durante la semana laboral en gran parte del este de Estados Unidos.
Aunque todavía no es oficialmente verano, la naturaleza juega con sus propias reglas. Más del 30% de la población estadounidense experimentará temperaturas de al menos 90 grados Fahrenheit o más esta semana.
«El abrasador clima cálido y asfixiante de una dorsal de gran amplitud continuará a largo plazo», dice Kyle Theim, meteorólogo de la oficina en Atlanta del Servicio Meteorológico Nacional (NWS por sus siglas en inglés).
«Las temperaturas a partir del lunes estarán entre 10 y 15 grados (Fahrenheit) por encima de lo normal, y rozarán las temperaturas máximas récord, tanto para las máximas como para las mínimas diarias», agrega.