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Se ha cumplido un año de la terrible masacre en la escuela Oxford en la que un joven de 15 años mató a cuatro estudiantes e hirió a 7 personas incluidas un maestro.
Y con este primer aniversario se avivó el dolor y la angustia de las familias que tuvieron la desdicha de perder a un ser querido, pero también marca la pauta para un recordatorio de que los niños y jóvenes aún no están seguros en las instituciones educativas ya que en cualquier momento algún otro joven puede entrar a un aula y abrir de nueva cuenta fuego a diestra y siniestra.
Y lo peor del caso es que la mente de muchos jóvenes no está nada bien, de igual manera las armas siguen siendo un serio problema, y la seguridad en las escuelas no es para nada lo mejor que se está viviendo en la época actual.
Y es que ahorita todo es vulnerar los derechos de las personas y de la primera enmienda, con la cual todo mundo puede ser portador de un arma, y que los alumnos vean estos instrumentos del mal en sus hogares solo es una tentación más de que sean llevadas a las escuelas y como si de un videojuego de campaña se tratara abatir fácilmente a sus propios compañeros de clase.
Sin duda alguna las legislaturas deben poner más esfuerzo en este aspecto, demasiada libertad en el uso de armas es malo, recordemos que si no hay límites la libertad termina convirtiéndose en libertinaje y cosas como estas seguirán pasando una y otra vez.
Lamentamos mucho este acontecimiento, que, aunque ya tenga su primer aniversario, es un dolor que sigue calando profundamente en una sociedad que sigue reinada por una violencia sin fin.