Editorial por Luis Molina
Tengo ya años viviendo en Estados Unidos, un país que me ha dado mucho, en el cual forme familia y eche raíces, sin embargo, nunca he olvidado mis orígenes y las ganas que me dan por ir a México cada vez que pienso en eso.
Durante la semana pasada tuve la oportunidad de volver a mi pueblo de origen donde vi a mis padres y a mi familia y pude darme un panorama mucho más grande de lo que es la vida allá después de tantos años sin ir.
En mi editorial pasado escribí un poco de lo que pude ver a primera vista y fue que había casas bonitas y muy buenos autos, y afirmé que México no es como lo pintan y que no es un país sumergido en la pobreza.
Y el día de hoy lo sigo diciendo sin embargo con el pasar de los días pude observar que todos esos logros obtenidos, tanto de casas como de autos, es gracias al esfuerzo de la gente.
En México las cosas son muy diferentes a los Estados Unidos, aquí las cosas son más fáciles, por ejemplo, para obtener un crédito para la casa o para un auto, existen incluso bancos que te respaldan al momento de un crédito hipotecario y asesoría con buenos corredores de bienes raíces.
Por el contrario, en México es mucho más difícil ya que al lugar que me tocó visitar hay opciones reducidas, por un lado, está el INFONAVIT o el FOVISSSTE, dos instituciones que te dan crédito para una casita pequeña y con una deuda financiera de más de 30 años.
Y si no cuentas con ninguno de estos seguros tienes que buscar por tus propios medios, ya sea un terrenito o una casita para restaurar y créanme que los materiales están por los cielos.
Para un trabajador promedio en el estado de Chihuahua que gana por ejemplo 3 mil pesos semanales el tener que construir una casa a la que le va a tener que invertir medio millón de pesos representa una labor titánica.
Pero mi afán en este editorial no es minimizar, sino al contrario, me vengo admirado de la determinación que le ponen las familias en México, las cuales a pesar de enfrentar barreras tienen sus casas muy bonitas y tratan de vivir una vida digna cada día.