Editorial por Héctor Loya
ue tal amigos de El Informador en esta semana analizaremos una noticia la cual nos deja una gran lección y un fuerte aprendizaje, lamentablemente a la mala, la de no dejar las puertas sin cerradura aunque se viva en un vecindario seguro.
Los tiempos ya no están para hacer confianza de nada y ni de nadie, la inseguridad es tan grande donde sea y la gente cada vez más mala que a veces ya nomás quieren matar por matar.
Este es el caso de un hombre de Grand Rapids el cual buscó de puerta en puerta en un complejo de apartamentos hasta que encontró una puerta sin cerradura y entró para apuñalar a un jovencito por la simple y sencilla razón de que tenía ganas de matar.
Afortunadamente el joven no murió y se está recuperando, pero él y su madre tuvieron que aprender la lección de no dejar las puertas sin llaves en ningún momento.
Qué triste y a la vez que impotente se ha de sentir la pobre madre, por un lado, con el remordimiento de no haber cerrado bien la casa y que por un descuido su hijo saliera lastimado, pero por otro lado está la rabia y el coraje de que ni en su propia casa pudo estar segura solo porque un sujeto con problemas tenía el deseo de matar a alguien.
Este lamentable caso nos hará ver a todos que la seguridad de nuestra casa y la de los que la habitamos en ella es lo primero, porque como dice el dicho, más vale prevenir que lamentar.
Que este caso nos sirva de experiencia a todos y por las noches antes de ir a dormir que lo primero que hagamos sea ver que las puertas están buen cerradas, y nuestra casa bien segura, nos leemos la próxima.