Editorial por Luis Molina
En la semana la policía de Grand Rapids llevó a cabo la tercera edición de recompra de armas en la ciudad a lo que en esta última ocasión recibió una gran respuesta por parte de los residentes del oeste de Michigan los cuales entregaron casi 300 armas a las autoridades de la ciudad.
Sin embargo, cabe una gran duda en el aire ¿será esta la estrategia adecuada por parte del departamento de policía para reducir la cantidad de crímenes violentos que se ha desatado en la ciudad?
Y lo peor del caso es qué las armas que fueron entregadas en su mayoría, me atrevería decir que son sólo de personas civiles, personas del pueblo y que las armas verdaderamente peligrosas son las que están a mano de los delincuentes.
Es por eso la pregunta este historial de todas esas armas cuántas cree usted que realmente estaban en manos de delincuentes, cuántas armas fueron arrebatadas de peligrosas personas que están planeando cometer actos delictivos, de personas que a diario cometen homicidios, tiroteos y robos a mano armada.
Realmente la violencia en Grand Rapids se ha vuelto un serio problema con el cual las autoridades no han podido hacer nada y pese a todas las estrategias ya sea de recompra o de vigilancia o de actividades culturales y deportivas en los vecindarios no se ha logrado nada al contrario siento yo que sólo están quitando las armas a personas que no representan un riesgo, un peligro y que los verdaderos delincuentes siguen en posesión de sus armas y tarde que temprano van a seguir cometiendo actos delictivos.
La policía de Grand Rapids debe redoblar esfuerzos debe poner a todo criminal detrás de las rejas que al fin de cuentas no hacen nada de provecho en la sociedad, todo aquel que comete acto de delincuencia, que asesina, o que siempre está pensando en hacer fechorías son una escoria de la sociedad que merece estar tras las rejas y la policía es lo que debe hacer atraparlos y ponerlos dónde merecen estar.