Por Joel Morales/GRAND RAPIDS, MI
Por varias horas el pasado lunes 8 de abril, cientos de personas que se presentaron en Rosa Parks Circle, el Puente Azul y el Museo Público de la Ciudad de Grand Rapids, recobraron el espíritu de su niñez al atestiguar el espectáculo del eclipse, experiencia de una vez en la vida.
«No sé si esto se volverá a repetir y pensé que sería divertido venir las tres y experimentar el eclipse juntas», resaltó Felicia Bartolini, de Grand Rapids, después de observar el majestuoso acontecimiento a través de unas gafas para eclipse, quien fue acompañada de sus hijas Aliana, de 11 años de edad y Naviya, de 10 años. «Al momento se ve como que la luna está cubriendo totalmente al sol. Me sentí muy bien y me hizo feliz poder ver algo como esto». agregó.
Bartolini, quien sacó a sus hijas de la escuela temprano, dijo que planearon un día de convivencia alrededor del espectáculo, algo que no ocurrirá de nuevo hasta el año 2044, almorzando en un lugar de comida y sentándose en los escalones de Rosa Parks Circle para contemplar el eclipse.
El camino de totalidad del eclipse, que en su puto más ancho midió 115 millas, primero apareció en la costa del Pacífico de México a las 11:07AM (hora del Pacífico) el lunes 8 de abril, luego cruzó por Estados Unidos por medio de 13 estados, múltiples ciudades y entre las 31.6 millones de personas que viven en el camino, entre otras, por San Antonio, Texas, Little Rock, Arkansas, Evansville, Indiana, Toledo, Ohio, Buffalo, Nueva York y Montpelier, Vermont y llegando hasta el estado de Maine en el noreste del país, antes de entrar en Canadá.
El eclipse se pudo ver en el Oeste de Michigan, empezando a la 1:50PM y con un horario pico a las 3:11PM. La cobertura del sol por la luna en la Ciudad de Grand Rapids, fue el 93.7%.
«¡Parece como bola de ojo!», exclamó Makenna Fall, de 23 años, sentada sobre la banqueta en el lado norte de la calle Fulton con sus amigos, Jake Poniatowski, de 24 años, Kaylee Berryman y Makenna Fall, ambas de 23, al ver el eclipse por unas gafas especiales. «Está claro por afuera con una tajada fina de negro a la derecha», agregó.
«¡Veo una bola naranja en el cielo, que parece ser queso!». Es muy brillante, incluso con las gafas de eclipse. Se siente como si estuviera ardiendo, y veo rayos saliendo del sol. Se ve genial», dijo Kris Miller, de 27 años, de Grandville, alumna de Kendall College of Art & Design. «Nunca antes había visto un eclipse y no estaba segura de qué esperar. Espero mirar la luna cruzar por enfrente del sol y ver lo que ocurre», también dijo.
Ariana Blair, de 18 años de edad, de Detroit, quien asistió a la visualización con sus amigas Meena Aoude, de 20 años y Lindsay Arnold, de 19 y con quien hablamos poco antes de las 2:30 de la tarde, dijo que si viera la corona del sol (capa más externa de la atmósfera de una estrella y región de plasma caliente, que se encuentra por encima de la cromosfera y se extiende millones de kilómetros hacia el espacio exterior), eso le alegraría el día.
Encontramos a Jason Juras, de Grand Rapids, quien dijo que la ciencia es uno de sus intereses. Cuando le preguntamos qué era lo que veía por sus gafas eclipses mientras miraba al cielo, lo pensó por 10 segundos, luego respondió: «No se puede describir».
A las 3 con 6 minutos de la tarde, pasó una sombra por encima del centro de la ciudad (que fue cuando vimos la hora en el celular), sentimos que el atmósfero cambió un poco mientras que la gente se movía con mucho entusiasmo.
Luego nos dimos cuenta que el cambio había sido porque la temperatura había bajado 6 grados, de 70 grados a 64 grados.
«Puedo ver el eclipse muy claramente y la luna lentamente tapando el sol», dijo Sue Ellen Pfanankuch, su esposo Darrly y su nieta Chelsey Modzelewski a su lado en los escalones de Rosa Parks Circle.
De su parte, Modzelewski resaltó que es importante reconocer que, en 20 años, cuando ocurra el próximo eclipse, sus abuelos ya no van a estar, como que en el pasado, cuando ocurrieron otros eclipses, no existían los tipos de gafas eclipses que existen hoy.