Opinión por Héctor Loya
Desde hace muchos años la frontera ha sido escenario para la llegada de miles y miles de migrantes extranjeros.
Esta situación agrava la problemática natural de las ciudades fronterizas, tal como es Juárez en el estado de Chihuahua, una ciudad con un impresionante rezago en muy diversos temas, desde hace décadas, tal es como infraestructura urbana, bienestar social, pobreza, servicios de salud, seguridad, y otros muchos más que no han sido resueltos en su momento ni por autoridades municipales, ni estatales, ni federales. Y lo mismo pasa con otras ciudades no solo está.
Esta frontera, tan sólo por su posición geográfica es territorio natural para diversos fenómenos como la migración, el tráfico de drogas, o bien, la logística de distribución de productos y exportaciones diversas al mundo entero, y eso es algo con lo que no podemos lidiar, porque es implícito a la ubicación geográfica de nuestra.
Pero desde hace cinco años, y derivado de la incierta política migratoria tanto de Estados Unidos como de México, ha generado una oleada nunca antes vista de migrantes en esta ciudad.
Ese fenómeno se ha agudizado de manera exponencial, lo que ha generado ya una crisis no solo migratoria en México, sino también humanitaria porque el estado de vulnerabilidad de las personas en situación de movilidad, como se les llama ahora a los migrantes.
Hoy por hoy la frontera está seriamente afectada por el problema migratorio, miles de migrantes están en ciudad Juárez, y los nativos han sido víctimas en algún sentido, y les ha afectado directamente, en cuestión de seguridad de bienestar social, en muchos otros temas, y por esta razón es necesario que se haga algo al respecto.
Hoy la crisis humanitaria por los migrantes existe, ahí está, y debe atenderse adecuadamente porque lo que está de por medio no es solamente una situación de política o de partidos, no es una situación de seres humanos en situación de vulnerabilidad y eso, hay que entenderlo perfectamente.