
Opinión por Héctor Loya
La imposición de aranceles a México no es un “truco” nuevo en el esquema de negociación del presidente Donald Trump, lo hizo en su período anterior, fue parte de su plataforma electoral en las pasadas elecciones y lo anunció en repetidas ocasiones cuando era presidente electo; incluso, ratificó esas intenciones el mismo día que asumió el poder el pasado 20 de enero.
De verdad no debe sorprendernos, incluso era de esperarse, que esta disposición unilateral haya entrado en vigencia el 1 de febrero y que a pocas horas las haya pausado por un mes luego de hablar con la presidenta de México.
La guerra de aranceles está sobre la mesa y a ciencia cierta no sabemos si esta medida será reactivada el próximo mes, lo que sí sabemos es que si se llegan a aplicar tendrá un gran impacto para las dos naciones.
Todas las decisiones tienen consecuencias positivas y negativas; por ejemplo, en 2018 la administración Trump impuso aranceles del 25% a las importaciones chinas bajo el argumento de prácticas comerciales desleales y el robo de propiedad intelectual; China no se quedó de brazos cruzados y respondió con aranceles equivalentes y desatando una guerra comercial que alteró las cadenas de suministro globales y generó miedo en los mercados financieros.
De acuerdo a un estudio llevado a cabo por el Banco Mundial, estos aranceles llevaron a una reducción del crecimiento del comercio mundial de 0.4 puntos porcentuales en 2019 y de 0.8% en 2020.
Pero las consecuencias no se detuvieron en lo inmediato, ya que, como respuesta a las restricciones y sanciones tecnológicas impuestas por Trump, las empresas de tecnología chinas se esforzaron en innovar y generar autosuficiencia tecnológica. Un ejemplo de estos desarrollos es DeepSeek, que desarrolló un modelo de inteligencia artificial más económico y más ágil que sus competidores OpenAI, Google, IBM y Microsoft.
El éxito de DeepSeek puso a temblar a todos los magnates de Silicon Valley; exactamente el mismo tipo de empresarios que estuvieron en la segunda fila de la toma de protesta de Donald Trump, solo por detrás de la familia cercana del presidente. Apenas se dio el lanzamiento de DeepSeek y la empresa NVIDIA, dedicada a desarrollar y fabricar Unidades de Procesamiento Gráfico y tecnología de inteligencia artificial perdió en un solo día 5 mil millones de dólares, lo que representa la pérdida más grande en el mercado de valores norteamericano en toda la historia.
El golpe fue demoledor no solo en lo económico, sino que coloca a China como una potencia tecnológica capaz de ser autosuficiente en desarrollos innovadores, pero sobre todo debió poner a pensar a muchas empresas norteamericanas sobre las consecuencias de tomar decisiones tan importantes basadas en la arrogancia.
Sin duda, el anuncio de la imposición de aranceles da miedo porque eso representa un golpe fuerte para los países implicados. Es importante aclarar que este artículo de opinión no es para provocar una sensación de consuelo, es más bien un llamado a prepararnos para enfrentar este reto de la manera más firme y decidida en caso de que la amenaza de aranceles siga latente.