
Opinión por Héctor Loya
La violencia es un problema complejo que requiere acciones de largo y corto plazo, pero mientras esos planes llegan, la sociedad, principalmente la niñez y juventud, necesitan herramientas hoy, las cuales garanticen la protección y la paz que muchos anhelamos.
Actualmente enfrentamos una grave crisis de violencia mundial, es de lo más común escuchar noticias de homicidios, tiroteos, secuestros y demás acciones violentas. Sucesos a los que, y para mala fortuna, nos vamos acostumbrando poco a poco, pero que seguimos clamando sean frenados.
Tristemente la violencia es algo que todos conocemos y que nadie hace nada para terminarla, desde este panorama y desde las vías necesarias para su erradicación surge una pregunta clave ¿Cómo debemos hacer frente a esta crisis?
La respuesta es fundamental y viene desde la educación en edades tempranas. Acceder a actividades culturales durante la infancia ayuda a desarrollar empatía, creatividad, pensamiento crítico y habilidades sociales, diversos estudios señalan que el arte y la cultura tienen un efecto protector, disminuyen los niveles de estrés, refuerzan la autoestima y fortalecen el sentido de pertenencia.
Desde un punto de vista personal considero que es necesario acercar a los menores a espacios de recreación y cultura, en especial, las poblaciones con mayor exposición a la violencia.
La cultura puede ser este catalizador, si integramos a las familias en proyectos culturales concretos puede haber menor brecha social de la que ya existe y puede unir a las personas cerrando las desigualdades.
El entretenimiento no es un lujo, es una herramienta poderosa que permite a la infancia y la juventud desarrollar esa capacidad llamada imaginación, con la que pueden construir un futuro libre de violencia y lleno de posibilidades.
En repetidas ocasiones lo he dicho un joven que se encuentra ocioso y libre del resguardo, protección y supervisión de un adulto lo más seguro es que se pierda en el mundo, y el mundo de la actualidad sabemos que no es de lo mejor. La responsabilidad es conjunta de nada va a servir que se creen espacios y se les lleve a la cultura si los jóvenes no van a ella. Es necesario que desde pequeños desarrollemos en los infantes esa sensibilidad al mundo para enfrentarlo de manera asertiva y no por la porta fácil, esa que conduce a violencia y cosas muy malas.