Por Joel Morales
El Informador
GRAND RAPIDS, MI
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Por cuarta vez en las pasadas tres semanas, otra persona ha sido asesinada en la ciudad de Grand Rapids. Esta última víctima es Wesley Arthur Carroll, de 52 años de edad, un hombre descrito por sus vecinos y quienes lo conocían como una persona sin techo, pero muy tranquilo y bondadoso.
Dijeron que como el hombre era mecánico, y que como no tenía empleo, se la pasaba componiendo los carros de la gente del vecindario y sus conocidos.
Fue en la madrugada del miércoles, 29 de marzo, que la policía respondió a una llama de emergencia de un tiroteo en la cuadra 100 de la calle Putnam SW, donde encontró a Carroll sobre el suelo afuera de una residencia y detrás de una camioneta. Los paramédicos, que también respondieron, le administraron primeros auxilios, pero el hombre murió en la escena.
“Yo me siento muy mal”, dijo Edmer García, oriundo de Guatemala, con quien hablamos afuera de su casa esa misma mañana y quien vivía al cruce de la calle del difunto. “Convivíamos mucho y si no estaba haciendo nada, se venía a sentar aquí, en los escalones de mi casa para platicar”, agregó.
García dijo que escuchó los tiros de bala, que dijo no fueron menos de tres, y que se asomó por una ventana de su casa y había visto cuando los paramédicos intentaban revivir a Carroll.
“Me imaginé que era él, pero no estaba seguro porque estaba obscuro”, dijo el guatemalteco. “También escuchaba a su esposa, Tina, que gritaba, “¡Hay Dios! ¡Ayúdenme!”, agregó.
García dijo que el hombre y su esposa eran personas desalojadas sin lugar donde vivir, y que unos vecinos le habían prestado el porche de su casa para que se quedaran allí, incluso que habían dormido en las afueras durante todo el invierno.
Al recorrer la escena desde enfrente hasta atrás, vimos las colchas que usaba la pareja, un cargador de teléfonos celulares todavía en el enchufe o toma de corriente, y hasta el mameluco que utilizaba el fallecido al arreglar los coches.
“La última vez que hablé con él (Carroll), fueron unas dos horas antes de que murió. Me dijo que se habían desaparecido dos llantas de la casa (donde se estaba quedando) y que tenía miedo que lo fueran a culpar por ellas”, dijo García. “También me dijo que tenía un presentimiento de que algo le iba a pasar, porque ya no se sentía seguro viviendo en este vecindario”, agregó.
“No puedo creer que lo mataron, no lo tenían que matar”, nos dijo una mujer quien no quiso identificarse, pero dijo que la gente la conoce como “Muñeca”, palabras que también nos repitió un hombre de raza negra quien llegó a la escena y se asombró al ver sangre en el lugar que la policía encontró al difunto.
Al cierre de esta edición, la policía informó que la autopsia de Carroll determinó que murió por una herida de bala, y que la determinación de su muerte fue por homicidio.
Hasta el momento, la policía no ha hecho ningunos arrestos en conexión con la muerte.
El Equipo de Casos Mayores está investigando el incidente y la policía está pidiendo que cualquiera que tenga información adicional que llame al Departamento de Policía de Grand Rapids al (616) 456-3400 o al Observador Silencioso al (616) 774-2345. También se puede comunicar con el Observador Silencioso de manera confidencial al www.silentobserver.org.
