Casa Editorial:
Vivimos en un mundo maleado donde existen todo tipo de personas perversas, tanto de obras como de palabras, y es muy fácil que este tipo de gente corrompa la mente y los actos de nuestros jóvenes. Es allí donde, como padres, jugamos un papel importante y debemos de estar muy alerta a ello.
Es común encontrar que existen millones de personas que tratan de entretenerse y entretener a los demás con palabras que tienen doble sentido, que son inmorales y que no hacen nomás que fomentar lo malo, lo sucio y lo inútil en nuestra juventud. Esa una de las razones por las que cada día estamos mirando una generación que solo da tristeza, y en muchos casos hasta lástima.
Da dolor escuchar a una persona que lo único que sabe hablar son cosas de doble sentido y chistes inmorales, donde lo único que dan ganas es de vomitar al solamente escucharlas.
Cuando nuestra habla es de esa mala calidad se asemeja al olor de un pescado podrido pues cada vez que abrimos la boca sale un olor repugnante y sucio que nadie quiere oler. Lo único malo es que muchas veces todo el mundo se da cuenta de quien trasmite ese olor menos el que lo tiene.
Una persona tiene que tener ética y valores para hacer las cosas bien y más en un medio de comunicación. Por eso es importante que, como adultos, le pongamos el ejemplo a nuestros hijos y que nuestra libertad de expresión sea sincera, de modo que cuando les digamos no a algo que está mal, ellos vean que nosotros somos los primeros en poner el ejemplo.
Es de vital importancia que no abramos la puerta a este tipo de habla y entretenimiento ni por pantalla, micrófono, o por escrito. Queremos lo mejor para nuestros hijos y si cerramos los oídos a este entrenamiento malsano, les estaremos dando un buen ejemplo.
Foolish words, deaf ears
Publishing house:
We live in a malevolent world where there are all kinds of perverse people, both in works and in words, and it is very easy for these people to corrupt the minds and actions of our young people. It is there that, as parents, we play an important role and we must be very alert to it.
It is common to find that there are millions of people who try to entertain themselves and entertain others with words that have double meanings, which are immoral and that do no more than encourage the bad, the dirty, and the useless in our youth. That’s one of the reasons why every day we are looking at a generation that only makes us sad, and in many cases even pity.
It pains to listen to a person who only knows how to speak things with double meanings and immoral jokes, where the only thing that it makes you do is to want to vomit when you listen to them.
When our speech is of that poor quality, it resembles the smell of a rotten fish because every time we open our mouth out comes a disgusting and dirty smell that nobody wants to smell. The only bad thing is that many times everyone realizes who transmits that smell except the one who has it.
A person has to have ethics and values to do things well and more in a medium of communication. That is why it is important that, as adults, we set the example for our children and that our freedom of expression is sincere, so that when we say no to something that is wrong, they see that we are the first ones to set the example.
It is of vital importance that we do not open the door to this type of speech and entertainment either by screen, microphone, or in writing. We want the best for our children and if we close our ears to this unhealthy entertainment, we will be setting a good example.
