Por María G. Erazo
La semana pasada convivimos y compartimos con nuestros seres queridos una importante celebración en los Estados Unidos: Día de Acción de Gracias. Años atrás, en estas mismas fechas los peregrinos festejaban la abundancia y logro al sobrevivir en una nueva tierra. Nada diferente a lo que ahora muchos inmigrantes viven en este país. Y entre todas las cosas de las que puedo ser agradecida, una de ellas que muchos olvidamos es la oportunidad de venir a un país diferente y poderse adaptar y sobresalir.
Nunca olvides de dónde vienes, pues esto te guiará a ayudar a otros, a conectarse con otros y ver las cosas con diferentes perspectivas. Estoy felizmente orgullosa de ser hispanohablante y traer la riqueza de mi cultura y raíces a una nueva nación. Esto no es algo de que ocultarse o avergonzarse, más bien algo de que como observar oportunidades. Te animo a que tu historia sea tu plataforma, no tu excusa. Muchas personas miran su pasado, sus historias o sus raíces como lo que les detiene a lograr grandes sueños. Muchas personas no creen en sí mismos o se sienten inferiores o incapaces por que han tenido difíciles experiencias.
La clave es fácil y se llama: gratitud. Las personas agradecidas tienden a ver las cosas más positivas. Las personas agradecidas son optimistas, porque se detienen a agradecer por lo que tienen en vez de quejarse por lo que no tienen. Dad las gracias y tener buenos modales con otros es importante, pero más que eso es también ser agradecidos contigo mismo. Toma el tiempo para agradecer por lo que tienes y lo que eres. No hay nada mejor que sonreírle a la vida a pasar que tu historia haya sido trágica. Toma la oportunidad y conviértete en la persona más agradecida que conozcas.
