Más de 10 mil camellos serán sacrificados en Australia bajo el argumento de que beben demasiada agua, en medio de uno de los peores incendios forestales de la historia de ese país.
Lo anterior fue reportado por medios locales, que detallaron la acción que realizarán como medida para eliminar a estos dromedarios, y se anunció que estará a cargo de francotiradores profesionales para controlar a esta especie.
Se tomó la decisión luego de una orden de los líderes aborígenes en las tierras de Anangu Pitjantjatjara Yankunytjatjara (APY), por los estragos que provocan estos animales cuando ingresan a sus comunidades en busca de alimentos o una fuente de agua disponible.
Los lugareños han externado que se han quedado atrapados en condiciones apestosas e incómodas, en donde los camellos entran y salen sin ningún control de sus casas, lo cual es sumamente molesto para las personas.
Marita Baker de la junta ejecutiva de APY en declaraciones a The Australian expresó que los camellos buscan beber agua y lo tratan de realizar también mediante las instalaciones de aire acondicionado, o en otros casos dejan el agua contenida en grifos y tanque en condiciones insalubres.
A esto se suma que la elevada población de estos mamíferos, ya que provocan importantes emisiones de gases de efecto invernadero, como metano que es equivalente a una tonelada de dióxido de carbono por un año, mencionan periódicos locales.
El Departamento del Medio Ambiente y Agua del Sur de Australia apoya esta medida y destaca que el importante número de camellos efectivamente causan problemas a la región, en donde hay reportes constantes de daños a la infraestructura y pone en riesgo la salud de las familias.
Se añade que hay problemas críticos para mantener en condiciones salubres a esta especie, debido a que la excesiva presión que tienen para consumir alimento, ha llevado a que los mismos camellos mueran de sed y otros se pisotean entre sí en busca de agua.
La operación que realizarán los francotiradores durará un promedio de cinco días y se espera que esta medida contribuya a controlar la población de dromedarios en Australia.
Los cuerpos de los animales serán dejados hasta que se sequen y luego podrán ser quemados o enterrados.