El pasado 5 julio 2018 Sr. Arnulfo Gomez, residente permanente con 30 años viviendo en el país fue detenido para una inspección preventiva por parte de la Policía Estatal de Michigan cuando venía manejando después de realizar un trabajo a las afueras de Traverse City, Michigan.
Junto con su esposa y el cuñado del Sr Gomez. Se necesitaron 3 agentes de MSP quienes decidieron llamar a un agente de la patrulla fronteriza para la revisión de los documentos.
Lo más sorprendente del caso es que el agente de la patrulla fronteriza le pidió a la esposa del señor Gomez que bajara del auto, esto ocasiono una preocupación excesiva para la hispana y con el miedo de que fuera separada de su familia.
EL oficial consideró que no valía la pena detenerla porque presentaba problemas de salud y necesitaba medicamentos.
El señor Gomez recibió una multa por un silenciador ruidoso y claro un rato muy amargo, tanto así que el hispano decidió reportar el caso al departamento de derechos civiles de Michigan alegando discriminación racial.
UN INFORME DESALENTADOR
Por otro lado, un informe innovador, La larga sombra de la frontera explica cómo la patrulla fronteriza utiliza el perfil racial y la policía local y estatal para infundir miedo en las comunidades de inmigrantes de Michigan, expone cómo la Patrulla Fronteriza, una agencia dentro de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los EE. UU. (CBP), utiliza el perfil racial para atacar inmigrantes de América Latina y otras personas de color en todo Michigan. El informe también revela cómo la Patrulla Fronteriza colabora con las agencias policiales estatales y locales para apuntar, arrestar y deportar a inmigrantes, muchos de los cuales son residentes de Michigan desde hace mucho tiempo.
La Patrulla Fronteriza ha reclamado durante mucho tiempo una amplia autoridad para operar lejos de la frontera y en todo el estado de Michigan según la interpretación expansiva de CBP de su jurisdicción, que define como cualquier lugar dentro de las 100 millas de una vía fluvial internacional, comúnmente conocida como la “100- zona de millas «. El informe es la primera investigación de las operaciones de la Patrulla Fronteriza en Michigan y se basa en miles de documentos de la CBP, que abarcan nueve años, incluidos registros de más de 13,000 paradas que detallan qué agencia policial inició la parada, aprovechando la ubicación de la parada y el tono de piel. de la persona aprehendida.
La Patrulla Fronteriza se dedica a la elaboración de perfiles raciales flagrantes. Las personas de origen latinoamericano son el objetivo principal.
Un tercio de los detenidos son ciudadanos estadounidenses.
La Patrulla Fronteriza está deteniendo a personas que son ciudadanos estadounidenses (más de 33%) y están documentados (13 por ciento).
La Patrulla Fronteriza está arrestando a personas que, en su mayoría, son residentes establecidos de Michigan desde hace mucho tiempo.
La duración promedio de la residencia en los EE. UU. Desde la última vez que se registró la fecha de entrada fue de 7,36 años. Más del 33% de las personas identificadas como deportables tienen hijos que son ciudadanos estadounidenses.
La Patrulla Fronteriza no se centra en la frontera y reclama la autoridad para realizar búsquedas sin orden judicial en cualquier lugar del estado de Michigan. La agencia arrestó solo a un número minúsculo de personas cuando intentaban ingresar a los EE. UU. Desde Canadá. Solo el 1.3% de los casos en los registros de la Patrulla Fronteriza involucraron a personas que intentaron ingresar a los EE. UU. Sin autorización de Canadá.
Cualquier cosa que hagan las personas hispanas cuando conducen cerca de un vehículo de la Patrulla Fronteriza se utiliza como pretexto para detenerlos.
Hablar español e incluso una persona que parece “hispana” conduce a una investigación y arresto.
La Patrulla Fronteriza opera en Michigan con la ayuda de agencias policiales estatales y locales.
La apariencia «hispana» de una persona frecuentemente conduce a una investigación y arresto.
Los registros muestran que todo lo que hace una persona cuando conduce cerca de un vehículo de la Patrulla Fronteriza se usa como pretexto para detenerlo.
En el 76,9% de los casos, un agente cita la supuesta reacción de una persona al ver a un agente o vehículo de la Patrulla Fronteriza marcado como base de sospecha. Una evaluación minuciosa de los registros muestra que no importa cómo reaccionen los impulsores de color, si miran y reconocen a un agente, o no miran o reconocen a un agente, o si aceleran o ralentizan, esa acción se registra como «sospechosa» y se utiliza para justificar una parada.
El 85% de las personas detenidas por la Patrulla Fronteriza eran de América Latina.
