Por: Roger Rivero
Nacido en el 2001 fruto de la colaboración de Ford con el fabricante japones Mazda, el Ford Escape dejó de aparecer bajo la nomenclatura nipona de Mazda Tribute en el 2011, siendo más exitosa su trayectoria con el logo Ford. Tanto así, que este vehículo se coloca actualmente como el segundo más vendido de Ford, solo por detrás de la célebre camioneta F-150. Ford presentó en el 2005 al Escape en versión híbrida, que, por ser el primer SUV de este tipo en el mercado, se convirtió como una canción de Maluma, en un verdadero hit. En el 2012 Ford descontinuó la producción del Escape híbrido, pues su descollante EcoBoost lograba incluso mejor economía que el modelo hibrido. Ocho años después, en el 2020, con la necesaria introducción de una nueva generación del Escape, Ford resucitó el proyecto híbrido, que este año ya incluye una versión enchufable a la corriente o PHEV como la que probamos.
Desde afuera y por dentro
Las formas rectangulares del anterior modelo parecen haber sido transferidas al Ford Bronco, pues el Escape ahora asume una fisonomía más aerodinámica y curvilínea. Al frente conserva la audaz parrilla de malla en suerte de trapezoide, rodeada de cromo, mientras que el perfil lateral presenta pronunciadas curvas cóncavas, lo que le da al SUV una apariencia de caderas espaciosas que semejan algunos modelos de Mazda. El diseño interior es moderno y de buen estilo, pero con materiales meramente aceptables en la mayoría de los lugares donde la vista alcanza, aunque también abundan plásticos más duros y económicos en los paneles de las puertas y la consola central, algo que no esperábamos en este nivel de precio. Comparado con sus competidores, no creo que podría sacar ventaja a ninguno de ellos, que enseñan interiores más atractivos como los del Mazda CX-5, Toyota RAV4 o Hyundai Tucson.
El espacio interior está entre los menores del segmento. Al frente tiene excelente amplitud para las piernas, pero los asientos delanteros no parecen amistosos para personas con elevada masa corporal (los más gorditos como yo) pues el relleno del fondo de los asientos podría ser más generoso. En la parte trasera las cosas mejoran, pues este es uno de los pocos SUV en su clase en ofrecer un asiento trasero reclinable. Aun cuando el espacio para las piernas es muy generoso en las 40.7 pulgadas o 103 centímetros, la posibilidad de reclinar estos asientos es un plus que se agradece. El espacio para llevar carga queda ligeramente por encima del Honda CR-V con 34.4 pies cúbicos, aunque inferior al RAV4 de Toyota que le aventaja con 37.6 pies.
Equipamiento y seguridad
Ford equipa todos los modelos del Escape 2022 híbrido con una pantalla táctil de 8 pulgadas, que ejecuta el software de información y entretenimiento SYNC 3 del fabricante. El SYNC 3 es uno de mis preferidos en la industria, por ser muy fácil de usar y configurar gracias a sus menús simples, íconos grandes y respuestas rápidas. Se complementa con algunos botones físicos y perillas para los controles de audio y clima que están al alcance del conductor. Las características estándar en todos los modelos incluyen control de clima de doble zona, Apple CarPlay y Android Auto.
Las tecnologías de asistencia al conductor en todos los 2022 Escape híbridos incluyen monitoreo de punto ciego con alerta de tráfico cruzado, sistema de mantenimiento de carril, frenado de emergencia y luces altas automáticas. El Instituto de Seguros para la Seguridad en las Carreteras (IIHS, por sus siglas en inglés) califica a la nueva línea Escape como una de las mejores opciones de seguridad.
En la carretera
Aun cuando la plétora de SUV no parece tener señales de debilitamiento, el Escape es uno de solo cuatro SUV compactos que ofrecen un sistema de propulsión híbrido y uno de los tres disponibles como híbrido enchufable a la corriente. Tanto el Escape híbrido como el híbrido recargable usan un motor de cuatro cilindros de aspiración natural de 2.5 litros que genera 165 caballos de potencia, que pueden llegar hasta los 221 caballos cuando es asistido por el motor eléctrico. La transmisión automática continuamente variable o CVT, imita con precisión y limpieza los cambios de una transmisión automática convencional.
Una vez que la batería de iones de litio de 14.4 kWh del Escape PHEV esté completamente cargada al enchufarla a un cargador o a un tomacorriente de pared, este SUV garantiza unas 37 millas o 60 kilómetros de silenciosa marcha solamente con electricidad. Una vez agotada la batería, el Escape cambia automáticamente a operación híbrida convencional. Observé que, en mi casa donde únicamente tengo conexión de 110 volts, la carga de la batería no sobrepasó las 30 millas, algo que podría solucionarse si tuviera disponibilidad de 220 volts. Los frenos tienen buena respuesta, alejada de la extraña sensación de algunos híbridos, y aprovechan de forma apreciable la energía del frenado. Como esperábamos, el 2022 Ford Escape hibrido recargable obtiene un excelente consumo calificado en 105 MPG-E o millas por galón equivalente, que serian 2.24 litros cada 100 kilómetros, superior a lo que un Hyundai Tucson, Toyota RAV4 Prime o Mitsubishi Outlander PHEV pueden lograr.
En la dinámica de manejo del Ford Escape hay bastante que admirar. La sensación de agilidad y maniobrabilidad en las curvas y en áreas estrechas es notable, con balanceo del cuerpo moderado. La dirección es directa y liviana, mientras que la suspensión, aunque ligeramente dura, hace un buen trabajo aislando al SUV de las imperfecciones de la carretera.
Para escoger
El 2022 Ford Escape hibrido y el Plug-In hibrido o recargable viene en tres versiones: SE, SEL y Titanium. Todos traen el mismo tren motor. La versión SE del hibrido recargable como el de nuestra prueba cuesta $33,075 dólares, mientras que el SE sólo hibrido está en los $28,030 cuando se combina con tracción delantera y $29,530 cuando está equipado con tracción total. En el extremo más caro encontramos el 2022 Escape Titanium híbrido recargable, que comienza en los $38,325. Por ese precio le agregan navegación, un grupo de indicadores digitales, control de crucero adaptativo, reconocimiento de señales de tráfico, faros LED, una puerta trasera eléctrica de manos libres, ruedas de 19 pulgadas, iluminación ambiental y un asiento del pasajero delantero ajustable eléctricamente.
Posiblemente, la versión base SE sea una opción para la mayoría de los compradores, porque está bien equipada con tecnología estándar y características de seguridad por un precio módico, y se pueden agregar de forma opcional características de las versiones superiores, como asientos con calefacción, navegación o la puerta trasera eléctrica.
Concluyendo
El foco de atención de muchos fabricantes se ha centrado a los autos eléctricos, pero hay un sector de consumidores que aún no están listo para ellos. Son los que no quieren vivir agobiados por la ansiedad de unas baterías a punto de descargarse, o que prefieren hacer viajes largos sin necesidad de planear la logística de encontrar estaciones de recarga.
Para ellos existen los híbridos recargables o PHEV como el Ford Escape. La combinación de dos mundos con buen espacio, tecnología e impresionante rendimiento.
Roger Rivero es un periodista independiente, miembro de NAHJ, la Asociación nacional de periodistas Hispanos y de NWAPA, la Asociación de periodistas automovilísticos del noroeste. Los vehículos son proporcionados por los fabricantes como préstamo por una semana para fines de la reseña. De ninguna manera, los fabricantes controlan el contenido de los comentarios.