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Al momento en que el oficial de la policía de Grand Rapids para al joven Patrick Lyoya sólo se dejó ver la gran rebeldía de este joven, en ningún momento respetó las órdenes del oficial.
Tristemente esa rebeldía fue lo que lo llevó a perder su vida. En esta columna de opinión queremos hacer conciencia que como dice el dicho lo que siembras eso cosechas, no puedes sembrar cacahuetes y querer levantar manzanas la vida así es, cosechas lo que siembras.
Hoy día los jóvenes piensan que son inmunes y que nada les va pasar por sus malas acciones y la realidad es que a nadie le va bien si actúa mal. El amor de padre es el de tratar de proteger y hasta sobreproteger a sus hijos y muchas veces ese amor de padre nos ciega y no podemos ver la realidad, que tenemos un hijo delincuente, criminal, drogadicto, pandillero y la lista sigue.
Conozco a padres que en vez de investigar en qué andan sus hijos prefieren como dicen no escarbar porque tienen miedo y muchas veces saber que si lo hacen se van a llevar una gran decepción al saber en lo malo que andan sus hijos.
Es lamentable muchas veces ver en la gran cantidad de problemas que andan los hijos metidos y el peor error que cometen muchos padres es tratar de taparles sus fechorías. P
Pero muchas veces no solo es la culpa de los hijos sino también de los padres que no les enseñan los valores morales desde pequeños, valores como con permiso, por favor, disculpas y los dejan crecer siendo desde niños unos burlones, mal educados, no respetan a los mayores y la lista sigue, después cuando crecen son unos delincuentes bien hechos que no respetan ni a sus propios padres mucho menos las autoridades.