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Como los hay buenos los hay malos, hablo de los policías

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Editorial por Luis Molina

El día de hoy quiero hablar de los policías, sobre todo de su función como agentes del orden de la ley en Grand Rapids.

Como ya muchos sabemos ha habido casos que nos han dejado o con un buen sabor de boca o al contrario con un amargo sabor de boca.

Lo digo en el sentido de que como en toda profesión hay buenos y malos elementos. Por citar un caso está el ya nacional asunto del joven Patrick Lyoya el cual es un caso que aún está bajo investigación, pero como ya muchos vimos el video yo me pregunto qué hubiera pasado si este hombre le hubiera quitado la pistola al oficial, porque el teaser se lo quitó y por poco le da con el, imagínense ahora con un arma de fuego.

Pero bueno, ya muchos sabemos que el GRPD no se ha caracterizado siempre por su buena aceptación a la comunidad de color y a los hispanos, incluso ha habido casos recurrentes de paradas de tránsito por el simple hecho de su color de piel o aspecto físico.

De hecho, es un estigma con el que el corporativo policiaco de la ciudad ha tenido que cargar siempre porque, aunque no lo quieran reconocer hay perfiles raciales.

Sin embargo, aunque esto exista no podemos encasillar a todos los policías por estas acciones, porque como dice el dicho, no todos son iguales y hay policías que mis respetos se han ganado no solo mi respeto sino de muchos en la ciudad ya que se ponen la camiseta y se comportan como verdaderos oficiales.

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De hecho, en la semana me tocó ver cómo a un hispano no se le arrestó cuando chocó y a pesar de que no traía ningún tipo de licencia el oficial sólo le dio su multa he incluso lo ayudó a tomar una decisión sobre qué hacer con su auto chocado.

Sin duda algo de aplaudirse, pero, así como este caso otros no han sido tan agradables porque les recuerdo que la moneda tiene dos caras y lo mismo pasa con los policías que a veces te toca ver a unos muy buenos y después a otros que de plano terminas hasta odiándolos por los hechos que suelen cometer.