Editorial por Luis Molina
Hace poco la policía anunció de nueva cuenta una campaña de recompra de armas en la ciudad de Grand Rapids, con la intención de recuperar armas y desarmar a parte de la población bajo incentivos económicos.
Esta estrategia en el pasado ha funcionado bastante bien y se han podido recuperar cientos de armas ilegales que ponen en peligro la vida de las personas en la ciudad.
Para mala fortuna, así como se deshacen de las armas los delincuentes las vuelven a comprar y el problema sigue sin parar y sin control.
En una publicación de nuestro periódico El Informador un usuario comento que esta estrategia solo consistía en desarmar a la ciudadanía, pero no a los delincuentes ya que ellos no vendían sus armas y las seguían conservando para realizar más crímenes, que lo que hace falta en realidad de hacer una cacería de estos criminales.
Y en cierta medida tiene razón, de que sirve desarmar a una parte de la población si la otra va a seguir armada y va a seguir cometiendo delitos.
La policía en realidad debe de aportar el presupuesto en más vigilancia y en tener más oficiales para que a la hora de los delitos atrapen a los maleantes.
Muchas veces lo hemos repetido, un delincuente que está cometiendo crímenes debe estar en la cárcel para pagar sus fechorías, porque en las calles suelto solo es un peligro para la ciudadanía y representa amenazas contra ella.