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ecientemente se han dado a conocer muchísimas noticias en las cuales se puede observar como la violencia y el número de muertes va creciendo día a día en el pueblo mexicano, y es que gracias a la política de la “no violencia” del presidente Andrés Manuel López Obrador los carteles han ido ganando terreno y poco a poco se apoderan y tienen control de la sociedad.
Si la situación continúa como hasta ahora pronto llegaremos a un punto sin retorno en el cual el gobierno federal ya no podrá ni meter las manos y no sabrá como controlarlo; civiles asesinados, oficiales caídos en el cumplimiento de su deber, soldados desarmados.
¿Qué más quiere el presidente para entender que la cuestión de seguridad es un punto que requiere atención inmediata? Y no por querer hacer las cosas a su manera se va a sentenciar al pueblo, por unos cuantos no la pueden llevar todos.
Lamentablemente los oficiales de policía han caído contra el crimen organizado y esto a causa de que su armamento no tiene nada que ofrecer en contra del de los sicarios, en su caso los únicos que pudieran enfrentarlos es el ejército y la marina. Pero el pueblo se está hartando y hasta a los mismos soldados desarmaron fácilmente, de la llamada “Guardia Nacional” ni se hable porque de aquí que se organice pudiera ser demasiado tarde y haber cobrado ya una factura muy cara con miles de inocentes asesinados. Mejor tendremos que esperar sentados porque de aquí a que se le ocurra al presidente hacerlo nos habremos cansado o hecho viejos.
Lo peor del asunto es que los delincuentes muchas veces ya no respetan ni a las mujeres o niños, parejo se arrasa con todo, esta situación nunca se había visto y vivido, los delincuentes mínimo tenían la decencia, “entre lo que cabe”, de no matar a los inocentes. Ahora se mata solo por matar gracias a tantas libertades que se les da y a falta de acciones concretas por parte de los gobiernos municipales, estatales y federal, los cuales no se ponen de acuerdo para combatir este cáncer que esta invadiendo a la ciudadanía.
Por desgracia, el problema cada vez aumenta más y en vista de las estadísticas este sexenio podría convertirse en el más sangriento de la época moderna.
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