Las personas que no aceptan a los homosexuales suelen ser adultos mayores que fueron criados durante una época donde los valores sociales eran muy distintos; y después de tanto tiempo es muy difícil que logren abrir su mente a otras «formas» de amor. Estamos acostumbrados a pensar que los abuelos serán quienes rechacen a sus nietos si se enteran que son homosexuales; pero este caso es todo lo contrario.
Un joven de nombre Chad decidió revelarle a su madre que era gay sin imaginar la reacción tan impetuosa que tendría. Christine, la madre, echó de su casa a su propio hijo por considerarlo una «vergüenza» para la familia y una abominación. Pero ella tampoco contaba con la reacción que tendría su padre, quien no dudó en acoger a su nieto y en hacerle saber a su hija que lo que había hecho era algo deplorable.
A través de una desgarradora carta, este hombre reprocha la lastimosa acción de su hija, y le da una cucharada de su propia medicina al desconocerla y cortar relaciones con ella; de la misma manera que ella hizo con su hijo.
Por su parte, Chad explicó que la homosexualidad es pecado según la iglesia católica; preferir estar con otro hombre antes que con una mujer, es un acto condenable.
«Me echó de casa porque es lo que Jesús hubiera querido o cualquier razón que excuse los llamados religiosos que usan las personas para justificar su fanatismo», declaró Chad al medio Someecards.
Cuando el abuelo de Chad se enteró de esto, no dudó en escribirle un mensaje a su hija para señalar su hipocresía y defender a su nieto; además de rechazarla, justo como ella hizo con su propia sangre.
«Querida Christine: Estoy decepcionado de ti como hija. Tienes razón en que tenemos una ‘vergüenza en la familia’, pero nos equivocamos sobre quién es.» comenzaba la carta.
«Echar a Chad de tu casa implemente porque te dijo que era gay es la verdadera «abominación» aquí. Un padre que repudia a su hijo es lo que va ‘contra la naturaleza’.
La única cosa inteligente que te escuché decir en todo esto fue que ‘tú no criaste a tu hijo para ser gay’. Por supuesto que no lo hiciste. Él nació de esta manera y no lo eligió más de lo que eligió ser zurdo.» continuó el abuelo.
«Sin embargo, tú decidiste ser hiriente, de mente estrecha y retrógrada. Así que, mientras estamos ene le negocio de repudiar a nuestros hijos, creo que aprovecharé este momento para decirte adiós.» sentenció el hombre a su hija.
El abuelo replicó exactamente la misma acción que tuvo Christine con su hijo Chad; rechazándola y «devolviéndole» todos los insultos que le hizo a su nieto. Finalmente, concluyó la carta:
«Ahora tengo un fabuloso nieto para criar, y no tengo tiempo para una desgraciada sin corazón como hija. Si encuentras tu corazón, llámanos»
Afortunadamente, Chad encontró los brazos de un amoroso abuelo que no pensó dos veces en defenderlo y aceptarlo en su hogar. Esperamos que Christine haya aprendido la lección y comience a entender que el amor es amor, sin importar las preferencias y que pronto retome la relación con su hijo y con su padre.
