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Recientemente se difundieron a través de las redes sociales supuestos videos de la policía de Grand Rapids en los cuales los oficiales de policía arrestaban a los sospechosos con un uso desmedido de la fuerza, ante esta situación la crítica no se hizo esperar y el departamento de policía de la ciudad fue duramente acusada de que sus elementos realizaban practicas inadecuadas para los arrestos.
Los investigadores de policía no se quedaron de brazos cruzados y lo primero que hicieron fue verificar que estos dichosos videos fueran verídicos, afortunadamente los casos habían sido grabados tanto por las cámaras de los cruceros de policía y por la cámara de su cuerpo, gracias a ellas recabaron la suficiente información como para determinar que las acciones realizadas por los oficiales no eran más que las correctas.
Desafortunadamente nosotros somos los principales y primeros críticos de las acciones de los servidores públicos, somos los primeros en criticar la falta de dureza pero también criticamos cuando si la tienen, realmente como personas somos tan complicados que nunca estaremos conformes con lo que se hace, además de esto los famosos videos virales muestran a menudo solo una cara de la verdad o simplemente los usuarios suelen subir lo que ellos quieren o desean y en ocasiones manejan una verdad incompleta la cual da a dudar.
Lamentablemente nuestro morbo es tan grande que solemos encasillarnos en falsos prejuicios en contra de nuestras autoridades.
Esos prejuicios los hemos adquirido a lo largo del tiempo y por múltiples factores ya sea gracias a las acciones de nuestros policías o por nuestra propia cuenta.
Aquí cabe aplicar el dicho “el que este libre de pecado que tire la primer piedra”, este caso nos deja un fuerte aprendizaje y es que no debemos juzgar a simple vista y antes de conocer la versión completa de los policías, habremos de recordar que el servicio de seguridad que nos ofrecen los oficiales es para el bien común y si actúan de esa manera es para nuestra protección, sobre las calles existen muchos delincuentes que no tiene oficio ni veneficio y lejos de ser un bien para la comunidad son una lacra que es necesario atender y poner en el lugar que se merecen, un aplauso por las acciones bien encaminadas de nuestros policías.
