Editorial por Héctor Loya
Lamentablemente siempre tenemos que aprender las malas lecciones de la manera más amarga y triste. Un ejemplo muy reciente es el caso de Marlen Ochoa Uriostegui, una hispana embarazada de tan solo 19 años que fue estrangulada para después arrancarle a su bebé del vientre. Hemos aprendido una vez más que no debemos confiar fácilmente en desconocidos… mucho menos en aquellas personas que publican en grupos de ventas de las redes sociales (especialmente cuando ofrecen productos o servicios gratuitos).
El mundo esta corrompido y los delincuentes ya no tienen límites, este caso estremeció al mundo entero por la forma tan violenta en la que sucedieron las cosas. Y es que en nuestro andar diario cuándo nos vamos a imaginar que alguien va a ser capaz de cometer tan atroces actos y más contra una madre que espera con tantas ansias y felicidad la llegada de su hijo.
Gracias a las declaraciones de la policía se sabe que los presuntos implicados perpetuaron un atroz asesinato. De manera muy sagaz, escogieron a una madre ingenua que fuera fácil de engañar para atraerla con mentiras y promesas de regalarle cosas para su bebé. Por desgracia, la verdadera intención desde un principio fue matarla y luego abrirle el vientre con un cuchillo de carnicero para sacar al bebé que aún yacía indefenso en sus entrañas.
Este caso se convirtió en una dura experiencia para la familia de la difunta y un claro ejemplo para toda la humanidad en que jamás debemos de confiar en los desconocidos y sobre todo que las publicaciones que vemos en las redes sociales deben de tomarse con cautela, nunca debemos acudir a puntos de venta o de entrega de manera solitaria y mucho menos cuando se trate de mujeres indefensas.
Como medio de comunicación lamentamos mucho este caso y sobre todo lo que representó para la familia el perder a una hija, hermana, madre, nieta y esposa. Ojalá y los familiares se logren reponer de esta pérdida tan grande y encuentren el consuelo que la ausencia de la joven Marlen dejó.
Exhortamos a la sociedad en general a que tengan mucha más precaución de la gente mala que solo está buscando dañar a la sociedad y sobre todo que no se fíen de nadie por más honestas que parezcan las personas. Las publicaciones en plataformas de ventas y redes sociales no siempre son confiables. Cuídense de posibles engaños que podrían tener un final fatal como lo fue el asesinato de Marlen Ochoa.