Editorial Por Héctor Loya
A raíz de los recientes arrestos por parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en el aérea del oeste de Michigan, el pánico y el terror se ha desatado sobre la población que vive sin un estatus legal en el país, y es que con la amenaza latente de ser deportado muchos ya no quieren ni salir de sus hogares.
La situación se vuelve cada vez más delicada y se desconoce hasta cuando continuará. Hasta el momento ya se ha mostrado evidencia de cómo los agentes de ICE están realizando arrestos en automóviles particulares, situación que añade más temor a la ciudadanía.
El que las personas ya no quieran salir de sus hogares representa una pérdida económica abismal para los dueños de negocios ya que sus consumidores primarios son hispanos, mismos que dejan de consumir a raíz del temor que les causa el ser arrestados y deportados.
Un ejemplo claro está en los negocios de los carros los cuales se encuentran paralizados, en un día habitual una persona no tendría temor de comprar un automóvil, pero al vivir bajo la amenaza de ser capturado mejor prefieren no correr el riesgo y no comprarlo.
Pero no sólo se trata de la venta de automóviles, los negocios comerciales, los restaurantes, la venta de ropa, y demás; todo se encuentra con una venta bajísima a causa de que nadie quiere exponerse.
Muchos negocios han dirigido sus mensajes a El Informador en los cuales externan su preocupación y aseveran que de seguir así su economía se verá duramente afectada con una perdida monetaria de miles de dólares, he incluso los podría llevar a cerrar las puertas de sus negocios a causa de esta situación ya que muchos negocios son pequeños y viven de lo que venden al día.
Esperemos que los negocios logren estabilizar su economía y logren superar esta dura prueba que el gobierno federal les está poniendo de manera indirecta al querer deportar a miles de indocumentados.
