Por Leandro Robles
Ya está junio con nosotros. Ahora sí podemos decir que el verano ya se vive en todos lados. A casi tres meses del inicio de ArtPrize, en sus oficinas ya se percibe una cierta prisa esta semana, pues se acerca el cierre de las Inscripciones de los Artistas para que puedan participar del certamen anual. La fecha hasta la cual pueden registrarse es el 8 de junio. Luego de esa fecha, el 22 de junio es la fecha límite para establecer las Conexiones con los Lugares donde poder así mostrar el arte. Este año se registraron cerca de 200 lugares en los que los artistas van a poder exhibir sus creaciones.
Aún no se conoce el número de todos los artistas que se registraron, pero hasta el momento hay cerca de sesenta artistas que se identificaron como hispanos. Claro que se espera que el número se incremente, pues siempre muchas personas esperan que se acerque la fecha límite para decidirse a participar. Recordemos que en el 2016, artistas provenientes de 40 estados y 44 países nos regalaron 1,453 obras de arte que pudimos disfrutar. Las mismas fueron exhibidas en 170 lugares distribuidas en el circuito que comprende ArtPrize.
Ahora, muchos se preguntarán para qué participar, ¿no? Pues bien, ArtPrize sigue siendo la competencia de arte más grande del mundo. Este año se van a entregar medio millón de dólares en premios, que se van a dividir entre las obras que elige el público (mediante el voto en dos rondas), y las que elige el jurado experto. Se espera que en este otoño, más de medio millón de personas provenientes de muchas ciudades visiten la competencia durante los 19 días que dura la misma, por lo que la exposición de los artistas nuevamente va a ser fenomenal.
Los artistas pueden elegir un lugar que se adapte a su creación para así atraer la atención del público y entregar mejor el mensaje que contiene su obra. Piensen también en el número de personas que podrían adquirir trabajos de artistas. Aún, quizás más importantes, son las conexiones y relaciones profesionales y artísticas que pueden establecerse durante la competencia y la exposición que los medios de comunicación seguramente van a generar. Todo esto y mucho más, hace que el concurso sea demasiado atractivo para muchos de los artistas participantes.
Seguramente no van a faltar las polémicas charlas e intercambio de opiniones acerca de qué es el arte o si todo lo que va a mostrarse constituye arte. Recuerdo el año pasado el programa de televisión transmitido en vivo desde la sede de ArtPrize donde jurados invitados analizaron sin tapujos las primeras 20 obras más votadas por el público. Pues bien, la polémica también es otro condimento más de esta competencia, y quizás le agrega aún más carácter.
Por mi parte, espero ver niños apreciando, disfrutando de los espacios públicos y, sobre todo, interactuando con el arte. Si hay niños viendo y viviendo arte, el futuro, de pronto, se vuelve mucho mejor.