Washington, 30 ene (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, inglés) informó en un comunicado que desde hoy empezó a procesar a migrantes brasileños bajo ese programa, formalmente conocido como Protocolos de Protección de Migrantes (MPP).
«El número de ciudadanos brasileños que llega a la frontera sur se ha triplicado solo en el último año», añadió el DHS.
Esa estrategia migratoria empezó a implementarse hace justo un año en la frontera de San Diego (California) con Tijuana (México) con su foco en los inmigrantes centroamericanos, y a partir de marzo pasado se amplió a otros dos puntos fronterizos, Calexico (California) y El Paso (Texas).
La extensión de este mecanismo a lo largo de toda la frontera se acordó en junio del año pasado, luego de un acuerdo alcanzado por EE.UU. y México que evitó que la Administración de Donald Trump impusiera aranceles a todas las importaciones mexicanas.
«Estados Unidos continúa trabajando con sus socios en la región, así como con otros países, para detener el flujo de migración irregular» hacia territorio estadounidense, indicó el DHS en un comunicado.
El DHS, que agrupa a varias agencias encargadas de los asuntos migratorios, describió el PPM como «una de las muchas herramientas» que ha implementado para garantizar que «las solicitudes de asilo meritorias sean adjudicadas de manera oportuna, mientras las solicitudes fraudulentas sean apropiadamente identificadas».
Según el DHS, «Permanece en México» no está limitado a una «nacionalidad o idioma».
«El hecho de que los brasileños sean ahora parte del programa muestra que el Departamento de Estado, junto a nuestros contrapartes mexicanos, han buscado ampliar el programa de una manera segura y responsable», puntualizó la nota.
Este miércoles, que marcó el primer aniversario de la puesta en marcha del PPM, por el que cerca de 60.000 solicitantes de asilo en Estados Unidos han sido devueltos a México, organizaciones civiles y activistas pidieron el fin de esa estrategia.
Las organizaciones citaron un informe de Human Rights First, que da cuenta de «816 casos documentados de secuestro, extorsión, violación, homicidio, tortura y agresiones violentas» sufridas por los solicitantes de asilo mientras aguardan en México.
Organizaciones proinmigrantes y de derechos humanos han advertido que estas personas pueden esperar durante meses o incluso años a que los tribunales de inmigración estadounidenses se pronuncien sobre sus pedidos.