Por: Roger Rivero
Hace unos tres años probé por primera vez un Buick Regal. Luego de doblar dos esquinas casi me bajo para mirarlo por fuera y estar seguro de que conducía un Buick. Esta semana me he reencontrado con el Regal, en su más completa, el GS o “Grand Sport” y quiero dejar desde el principio establecida la reverencia: es un auto ante el que me he “quitado el sombrero” …aunque sea parcialmente.
A Buick le han dado más libertad que a los otros miembros de la familia de General Motors, para incursionar en el mercado de los compradores de productos “premium” o de primera, y primero sorprendió con el subcompacto Encore y ahora enfrenta sin miedo a competidores europeos como MBW y Audi con un muy renovado Regal GS. En lugar de apegarse a la misma secuencia de instrucciones que guió la generación anterior GS con un motor modesto turboalimentado, Buick ha optado por subir la parada con un rediseño tanto mecánico como estilístico.
La ruptura más grande de la tradición para el Buick Regal GS es la decisión de abandonar la forma de sedan, para adoptar el estilo estándar de Sportback. Este no es un término muy conocido, pues pocos fabricantes lo han utilizado, siendo Audi el que mayor uso le ha dado. La carencia de un cierre tradicional para el maletero o cajuela se sustituye con una escotilla invisible permite un formidable espacio de carga, mientras que la línea de techo es muy inclinada y con la parte trasera truncada. El efecto visual es muy agradable.
El Regal GS también se acerca al Sportback en términos de estilo general, basándose en algunos detalles claves para avisar al observador casual de que esconde algo especial bajo su atractiva, pero modesta estructura metálica. Estas modificaciones incluyen un paragolpes delantero, rejilla y fascia trasera más agresivos, llantas de 19 pulgadas, frenos Brembo que combinaban perfectamente con la pintura roja brillante de nuestro coche de prueba, e igualmente rojas Insignia GS por dentro y por fuera. El resultado es una fórmula cohesiva y ganadora para construir un ‘sedán’ que torne miradas en la calle.
Mientras el anterior GS estaba propulsado por unos cuatro cilindros turboalimentado -que continúa ofreciéndose en otras partes de la alineación del Regal-, el modelo 2018 asciende a un V6 de 3.6 litros aspirado naturalmente. El motor más grande produce 51 caballos más que el turbo, marcando 310 caballos de fuerza en total. Sorprendentemente, queda corto en el departamento de torque pues hay 13 libras-pies menos que antes. La diferencia sería difícil de notar y realmente el V6 se siente con mucho torque en el «mundo real» y apoyado por la nueva transmisión automática de nueve velocidades hacen una combinación de tren de poder admirable.
Además del aumento de potencia, el GS también obtiene una actualización de manejo que es muy notable y gratificante cuando lo llevas por carreteras angostas. Visible son los frenos delanteros Brenbo que antes mencionamos, pero también han mejorado los traseros con rotores más grandes. Además, el GS trae un sistema de Control de amortiguación continua (CDC) que puede ajustar el amortiguamiento de su amortiguador delantero y la suspensión trasera de cinco enlaces hasta 500 veces por segundo.
Con la suspensión del vehículo en orden, los ingenieros de Buick continuaron apoyando al conductor, pues desde la cabina es fácil darse cuenta de que este vehículo ha sido diseñado centrado en quien lo conduzca. Han equipado el Regal GS con excelentes asientos de rendimiento con certificación de la AGR. La AGR es una asociación que agrupa a médicos y terapeutas preocupados por el dolor de espalda, y aunque algunos piensen que esta es otra certificación fácilmente otorgada por una asociación, les cuento que son escasos los fabricantes y modelos que la ostentan.
Para ayudar a los conductores a aprovechar al máximo el equipamiento del Regal GS, existen tres modos de Control de Conducción Interactivo. Normal es, por supuesto, la línea de base. El modo Sport ajusta el programa de transmisión, el ajuste de la suspensión y la dirección para un rendimiento más deportivo. También ajusta el sistema de tracción a las cuatro ruedas para una mayor desviación trasera. Finalmente, el modo GS se vuelve aún más agresivo en los sistemas antes mencionados. En el modo de manejo GS pasé toda mi prueba, para descubrir decepcionado que, incluso conduciendo en la opción más bravucona, el sistema de Start-Stop no deja de trabajar.
Esta es una de las escasas quejas con el Regal GS. Debo confesar que dicho sistema que en español sería algo así como “parada y arrancada”, tiene el único propósito de ahorrar combustible, apagando el motor la mayoría de las veces que el auto se detiene. A pesar de que el de este Regal GS, es posiblemente el más refinado de todos los sistemas que he probado, no puedo entender el razonamiento de GM de no permitir que el start-stop no pueda ser desconectado de ninguna forma.
El Buick Regal Sportback viene en 5 acabados diferentes, el 1SV que es el más barato de todos, Preferred, Preferred II, Essence, y el GS como el que nosotros probamos con precio inicial de $39,070. Con los paquetes adicionales agregados puede llegar a los $42,390, lo que lo coloca peligrosamente al parejo o incluso por encima de algunos autos de lujo bien equipados.
El Buick Regal GS 2018 es un auto que inspira confianza, es rápido y esto no es sorpresa, ya que GS ha sido durante mucho tiempo uno de los miembros más atractivos de la familia de cuatro puertas de GM. Sin embargo, su futuro quizás sea algo incierto, por el alto precio de entrada que le han marcado, pero mirado de forma global a General Motors quizás no le valla del todo mal, pues está apostando con este auto por un mercado donde se venden más Buick que en Norte América, el de China.