Los Ángeles, 17 abr (ELINFORMADORUSA/EFE).- La intención del Concejo de Los Alamitos de excluir a la ciudad de la implementación de la Ley SB 54 que convierte a California en un santuario de inmigrantes convocó hoy a cientos de personas a participar en la audiencias públicas y defender la ley.
Los defensores de la medida conocida como «el acta de valores» decidieron utilizar la misma estrategia usada por los seguidores de las medidas del presidente Donald Trump, que se han dedicado a participar en las audiencias públicas de diferentes ciudades así no residan en el vecindario.
Mas de 300 personas llegaron a la pequeña ciudad californiana, que votó el mes pasado por unirse a la Administración Trump y rechazar la medida.
Pablo Alvarado, director de la Red Nacional de Jornaleros, que llegó con uno grupo de activistas desde Pasadena, dijo a Efe que «el Concejo Los Alamitos está conformado por el mismo grupo de personas que apoyaron la Proposición 187, que le negaba servicios básicos a los indocumentados», en la década de 1990.
«Es necesario que nos hagamos presentes», indicó.
Rosa Barrios, residente de Los Alamitos por mas de 10 años, aseguró que nunca había visto tanta gente acudir a una junta del concejo.
«La inmigración es un tema muy delicado y la verdad es que no me di cuenta cuándo se les ocurrió la idea de ir contra el estado», indicó.
Los seguidores de Trump que asistieron a las pasadas juntas regresaron para presionar al Concejo de la pequeña ciudad a aprobar la medida.
«Mi grupo y yo venimos a Los Alamitos porque queremos enviar un mensaje a todos las ciudades: nosotros apoyamos a Jeff Sessions (fiscal general de Estado) y a la ley federal», dijo a Efe Elsa Aldeguer, vocera de la organización Make California Great Again.
Aldeguer, de origen salvadoreño, llegó con cerca de cincuenta personas que querían participar en los comentarios públicos.
La votación podría retrasarse hasta la madrugada hora local por el número de personas que se han inscrito para poder dar sus comentarios, mientras en las afueras la policía instaló cuatro cinturones de seguridad para asegurarse de que los enfrentamientos verbales no pasen de las palabras a las acciones.