“Gracias a toda la comunidad, en especial a la comunidad inmigrante, ya que no pasa un solo día que no realizamos, que no existiríamos sin ellos… Continuaremos apoyando esta causa con toda la humildad posible, no solo hoy pero también en el futuro y hasta que nuestra comunidad sea respetada…”- Pablo Rodríguez, de Rodríguez Supermarket.
Por Joel Morales
El Informador
OESTE DE MICHIGAN
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Decenas de negocios de propietarios hispanos del área cerraron sus puertas el jueves, 16 de febrero, para tomar parte en “Un Día sin Latinos, Inmigrantes y Refugiados”.
Muchos llegaron a restaurantes, tiendas de abarrotes, talleres de mecánica, salones de belleza y otros lugares de negocio de dueños latinos, para encontrarlos cerrados.
La solidaridad entre los negocios a nivel nacional, en la que se realizaron miles de marchas, fue para demostrar el impacto positivo del inmigrante y en protesta de la presente administración presidencial, entre otras la orden ejecutiva que buscaba prevenir la entrada a personas de siete países musulmanes, como las redadas y deportaciones de 683 inmigrantes la semana pasada.
Sin embargo, la falta de los distritos escolares, cámaras de comercios, el Centro Hispano del Oeste de Michigan y alguno que otro negocio, demuestra que la comunidad inmigrante todavía tiene mucho que abarcar, ya que no todos apoyaron el día.
“Gracias a toda la comunidad, en especial a la comunidad inmigrante, ya que no pasa un solo día que no realizamos, que no existiríamos sin ellos”, dijo Pablo Rodríguez, dueño de Rodríguez Supermarket. “Queremos agradecerle a nuestra administración y personal, que son el corazón de nuestro negocio”, agregó.
El comerciante dijo que, en apoyo de sus empleados, Rodríguez Supermarket le pagará a todo su personal, sus salarios por el día perdido de trabajo en apoyo del “Día sin Inmigrantes”.
“Continuaremos apoyando esta causa con toda la humildad posible, no solo hoy, pero también en el futuro y hasta que nuestra comunidad sea respetada, no solo por lo que proveen de manera económica, pero por sus contribuciones culturales al país”, también dijo. “Espero que todos puedan ver lo importante que es esta causa y gracias por esparcir el mensaje y por hacer un buen trabajo de periodismo y por su imparcialidad, para que todos puedan comprender lo que está pasando. Pueden seguir contando con nuestro apoyo”, agregó.
María Cervantes, directora general de Rodríguez Supermarket, dijo que tuvieron una junta con los empleados y que la mayoría había optado por cerrar.
“Siempre hemos apoyado a nuestros clientes, la mayoría de ellos inmigrantes, en las buenas y en las malas”, dijo Cervantes.
Cuando le preguntamos a Jenry Eduardo, propietario de National Supermarket, por qué había decidido participar en “Un Día sin Inmigrantes”, respondió: “Hay que estar con el pueblo, si no el gobierno de Trump va hacer lo que quiere. ¡Lo estoy haciendo por nuestros hijos, por el futuro y por la historia!”
De su parte, Marisela Olvera, de Supermercado México, dijo que decidieron no participar y que sabía que iban a ser criticados, pero que la protesta no fue bien organizada.
“¿Quién nos está representando? ¿Para qué es esta lucha? ¿Qué queremos lograr?”, le preguntó a Luis Molina, editor de El Informador durante una entrevista el mismo jueves, 16 de febrero.
Hablamos con Julia López, Nancy Morales (ningún parentesco con este reportero) y con un hombre anglosajón por nombre Mark, quien nos dijo que está casado con una mexicana, quienes llegaron a una de las tiendas para hacer sus compras y la encontraron cerrada.
“Vine a comprar pollo, pero no es una emergencia y nada que no puede esperar”, dijo Morales.
En las escuelas públicas de Grand Rapids, unos 4,000 alumnos faltaron a las clases. En las escuelas elementales de Buchanan, César E. Chávez, Westwood, Harrison Park, South West Community Campus, Burton Middle, Union High y Central High, el 50% no fueron a la escuela.
A las 5 de la tarde, después de un día largo en el que recorrimos las calles ausentes de vehículos, y los negocios cuyos estacionamientos se encontraban vacíos, cientos de personas marcharon por la avenida S. Division, dando vuelta por la Calle 28 y regresando al punto de partida, con pancartas, banderas y alzando sus voces con un “¡Sí Se Puede Si Se Puede Si Se Puede!”