Por María Erazo
Esta mañana recibí una llamada inesperada que definitivamente me quebrantó y me hizo pensar acerca de lo que está pasando en nuestro mundo. Mi amiga de hace muchos años cubierta en lágrimas y en una voz quebrada me dijo “Mi padre se suicidó esta madrugada.” Y entre tantas preguntas y comentarios que tuve en el instante, no pude hacer más que solo pensar “pero, ¿por qué?” Este señor tenía un buen trabajo, viajaba mucho por su trabajo, una hermosa familia, un hogar estable, una casa gigante y muchos bienes y propiedades que solo el 3% de la población mundial posee. Lastimosamente, estaba presenciando una persona más sin propósito que lo llevó a tomar una decisión drástica.
¡Qué importante es saber el propósito de tu vida! Esto es lo que da dirección en tu vida y te mantiene cada día motivado a hacer lo que haces, a luchar por los que amas y a vivir una vida plena y feliz. El dinero y las posesiones no dan felicidad; todo está en como tú ves la vida y caminas por ella. La clave está en disfrutar lo que haces día a día y ser agradecido por lo que cotidianamente encuentras. Muchas personas han olvidado lo afortunados que son, y si estás leyendo este articulo considérate bendecido por el simple hecho de saber cómo leer.
Esto pasa muy a menudo en los negocios, las personas están buscando y desviviéndose por lo que obtendrán mañana en vez de disfrutar el ahora. “Queremos expandir, comprar un nuevo local, aumentar nuestros clientes, etc.” Y se encierran en querer obtener el futuro y no sonreírle al presente. No hay nada de malo con soñar y fijarse metas; el problema sucede cuando te segas y dejas de ser agradecido por lo que hoy la vida te ofrece. Como empresaria, madre y esposa, me aseguro en agradecer y motivar a mis empleados y familia y a recordarles que, aunque tenemos muchas metas por delante, yo aprecio lo que hoy están haciendo.
No dejes pasar otro momento de tu vida sin agradecerle a Dios y sin afirmar tu amor a tus seres queridos. No seas otro número más en el porcentaje de suicidios en Estados Unidos. Cambia tu perspectiva de aquello que te asusta o preocupa; disfruta el hoy y no pierdas la cabeza por el mañana.
