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Divorcio un impacto tremendo para los hijos

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Opinión: casa editorial el informador

En esta edición el tema a tratar será el delicado y controversial tema de los divorcios y el impacto que tiene sobre todo en los menos culpables, los hijos.

Es necesario abordar primero y desmembrar los motivos y las razones por las cuales llevan a las parejas a tomar la decisión de separarse, y es que para ser sinceros cada cabeza es un mundo y la decisión dependerá de cómo se aborde ya sea con madurez o sin ella.

Actualmente las cifras del divorcio en EUA son muy altas las cuales están por encima del 40% de su población adulta. Es un fenómeno que se está dando y aumenta cada vez más.

Dar la estadística del porcentaje de divorcios o fracasos matrimoniales por encima de matrimonios es algo alarmante.

Y es que detrás de los problema, las peleas, las infidelidades, los roces familiares hay algo más importante y son los hijos, pequeñas personitas que ven analizan y sobre todo sienten lo que en su entorno está sucediendo.

Lamentablemente a la hora de estudiar los efectos que tiene el divorcio en los hijos es difícil determinar si es el divorcio mismo el que los afecta o es la serie de factores que acompañan muy frecuentemente a la separación de las parejas.

Lo único seguro es que este proceso entre padre y madre curará meramente una situación de vulnerabilidad en los niños.

Un “hijo del divorcio” es un niño aparentemente normal que podría esconder detrás de si todas esas vulnerabilidades que tarde o temprano se verán reflejas en trastornos psicológicos como violencia, falta de socialización en su escuela, problemas de aprendizaje y demás.

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Entonces, ¿cómo se debe abordar la problemática?.  Aquí lo único importante y que se debe enfatizar es que ante una decisión como lo es el divorcio ambas partes deben de jugar un rol fundamental  de personas maduras y sensatas evitando, como es común, las peleas, los insultos, las amenazas y sobre todo evitar tratar a los hijos como un instrumento de chantaje a la pareja. Si aman a los hijos será su deber, aunque estén separados, el velar por su bienestar y felicidad con el beneficio único y exclusivo de ellos que más que nunca los habrán de necesitar.