Washington, 14 jul (ELINFORMADORUSA/EFE News).-
El secretario de seguridad nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, pidió este martes a cubanos y haitianos, cuyos países enfrentan crisis políticas, que no arriesguen sus vidas tratando de entrar en EE.UU. de forma irregular desde el mar, y advirtió que no se les permitirá la entrada.
«A ningún inmigrante interceptado en el mar, independientemente de su nacionalidad, se le permitirá entrar en Estados Unidos», dijo en una rueda de prensa Mayorkas, originario de Cuba y el primer inmigrante que dirige el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés).
Añadió que se seguirá interceptando a los migrantes que intentan ingresar a Estados Unidos «de forma irregular», y recalcó que las operaciones en el estrecho de Florida y en el Mar Caribe «permanecen sin cambios».
Además, Mayorkas dijo que «nunca es el momento adecuado para intentar la migración por mar» porque «no vale la pena correr este riesgo».
El secretario, cuya oficina tiene a cargo la seguridad de EE.UU., la salvaguarda de las fronteras y el sistema de inmigración, indicó que el DHS está «siguiendo de cerca» las condiciones en Haití y Cuba.
En ese contexto, ratificó el compromiso de la Administración del presidente Joe Biden de apoyar al Gobierno haitiano en la búsqueda de la justicia tras el asesinato del presidente de ese país, Jovenel Moise, y confirmó el envío de tres funcionarios de su departamento como parte de una delegación interinstitucional estadounidense.
«También nos solidarizamos con el pueblo cubano», agregó Mayorkas.
Sin embargo, puntualizó que la Guardia Costera y sus socios estatales, locales y federales están «monitoreando cualquier actividad que pueda indicar el aumento de la migración marítima insegura e irregular en el estrecho de Florida, incluidas las salidas de embarcaciones no autorizadas de Florida a Cuba».
Previamente, la Guardia Costera de EE.UU. y el grupo del exilio cubano Movimiento Democracia llamaron a que las personas se abstengan de realizar viajes en barcos a Cuba para apoyar las protestas populares en ese país y advirtieron de los riegos desde el punto de vista de la navegación y también legales que entrañan.
El presidente de Haití fue asesinado el pasado 7 de julio en su residencia en Puerto Príncipe en un ataque en el que resultó herida su esposa, Martine Moise -recluida en un hospital de Miami (EE.UU.)-, y por el que han sido arrestadas hasta ahora 21 personas.
Por su parte, Cuba vivió el domingo una inédita jornada de protestas contra el Gobierno protagonizadas por miles de personas al grito de «¡libertad!» y que se saldó con decenas de detenidos y enfrentamientos después de que el presidente de la isla, Miguel Díaz-Canel, conminara a sus partidarios a salir a encarar a los manifestantes.